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Titanic en la Kantine am Berghain, Berlín, septiembre 2025. Foto propia. |
La banda liderada por el dúo compuesto por la violonchelista y cantante Mabe Fratti y el guitarrista y compositor Héctor "I La Católica" Tosta presentó su segundo álbum titulado Hagen, que salió el viernes, distribuido por la disquera Unheard of Hope, en la Kantine am Berghain de la capital alemana.
Detalles del outdoor area. Kantine am Berghain, Berlín, septiembre 2025.
Fotos propias.
En un día martes que comenzó lluvioso y terminó propicio para una caminata de casi una hora desde el hotel, en Neuköll, hacia el venue, entre los distritos de Kreuzberg y Friedrichshain, justo al lado del legendario templo de la música electrónica (al que ya nos referiremos en otro post porque el otro día entramos y sí, todo lo que se dice es cierto), fue anunciado por la productora Digital en Berlin y la Powerline Agency que las puertas abrirían a las 19:00 y el show arrancaría a las 20:00 con
Jungstötter.
Aprovechando que llegué relativamente temprano, el lento paso de las nubes que, poco a poco, fueron ocupando el cielo despejado como expectadoras de lo que acontecía abajo, la mezcla de vegetación, concreto, metal y madera del paisaje y la selección de música chill out del bar afuera de la Kantine (sonaron esenciales como Jose Padilla - Sabor de verano), no fui el único en tomarse una cerveza de esas de medio litro típicas en Alemania y en descubrir que el espacio que hoy ocupa la Kantine, era el restaurante de una antigua planta de calefacción. Esperé a que se ocultara el sol e ingresé a la sala de conciertos de estilo cabaret industrial que, con una programación propia y alternativa al club de al lado, abre sus puertas prácticamente todos los días a propuestas musicales independientes e innovadoras.
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Kantine am Berghain. Berlín, septiembre 2025. Foto propia. |
Con una capacidad para doscientos asistentes, la sala rectangular está conformada por el escenario, que esta noche luce un telón corinto de fondo, y sobre la tarima se ve una batería, varios micrófonos y monitores para los músicos, que serían bañados en luces rojas y amarillas toda la noche, y un sistema de sonido aéreo y de base. Al lado izquierdo de la entrada, una fila de bancos trípode esperando a los primeros en llegar; al lado derecho, una barra de bebidas con varias velas encendidas, que daban cierto aire de intimidad y atrás, la cabina del ingeniero de la sala con un retrato de la forma original de la planta donde hoy se encuentra el Berghain/Panorama Bar de fondo. Antecedido por una playlist que incluyó canciones como Godspeed You! Black Emperor - Babys in a thundercloud, alrededor de las 20:15 se apagaron las luces blancas que rodeaban la disco ball del techo de la sala para que el abridor, Fabian Altstötter, mejor conocido como Jungstötter, acompañado de un baterista, se subieran al escenario.
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Jungstötter en la Kantine am Berghain. Berlín, septiembre 2025. Foto propia. |
Con las manos a veces en un piano y a veces en un bajo, una armónica alrededor del cuello, una voz grave, profunda, por momentos como el denso susurro nocturno de un utópico one man band, los trucos percusivos del batería y algunos sonidos extra desde una computadora, el austriaco interpretó algunas canciones de sus discos Love Is (2019) y One Star (2023) y se permitió probar alguna pieza en la que está trabajando. Más o menos media hora después, alrededor de las 20:45, agradeció la presencia de los asistentes y se bajó de la tarima junto al baterista para proceder a un intermedio que funcionó para el cambio de instrumentos y demás preparativos para lo que venía.
Alrededor de las 21:15, Friso Van Wijck se posicionó en la batería y Nat Philipps colocó al setlist al pie del saxofón para acompañar a la guatemalteca y el venezolano en la segunda fecha del tour de verano europeo de Titanic. La omnipresente atención de Fratti a las cuestiones técnicas me hizo recordar a los tiempos de SMA o FRAAEK en Guatemala donde se hacía lo que se podía con lo que se tenía pero, aunque parecida, su presencia no es la misma de las últimas veces que la vi hace casi diez años. La Mabe de hoy se ha convertido a sí misma en una referencia a la hora de hablar de romper los cánones tradicionales en la música contemporánea a punta de experimentar con su cello y con su voz. Con cuatro álbumes como solista bajo el arco: Pies sobre la tierra (2019), Será que ahora podremos entendernos (2021), Se ve desde aquí (2022) y Sentir que no sabes (2024); otro en colaboración con la fundadora de Malaria!, Gudrun Gut (Let's talk about the weather, 2021), otro con el colectivo Amor Muere (Un tiempo para amar, un tiempo para morir, 2023) y dos más con Titanic (Vidrio, 2023 y ahora Hagen, 2025), hoy por hoy continúa la construcción de un cuerpo de obra con el que ya es inmortal ("cuando deje de correr sé que no me van a perseguir", dice la letra de Te tragaste el chicle; "ya fui todo lo que quiero", dice Pájaro de fuego, ambas parte del nuevo material) aunque no por eso da señales de que vaya a parar, todo lo contrario, este año ha publicado colaboraciones con Lucrecia Dalt y Blood Orange y sigue girando en varios de los escenarios más especializados del mundo, como la Biennale Musica de Venezia dirigida por Caterina Barbieri, donde se estará presentando a doble turno en octubre.
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Portada de Hagen. Artwork: Alejandro Beltrán. |
El repertorio de Titanic, que para esta ocasión se alinea de izquierda a derecha con Van Wijck en la batería, Tosta en la guitarra, Philipps en el saxofón y Fratti en el cello y la voz, va un tema tras otro casi sin esperar por los aplausos. Alterna entre canciones de sus dos álbumes y sustituye los teclados de las versiones de estudio por el saxofón para recrear otras versiones en vivo con un toque de improvisación que emana una atmósfera de orden en el caos. Realmente cada una de las canciones tanto en su composición lírica y músical como en su interpretación en directo es una aventura diferente. El personaje de esta epopeya es la música misma, que siempre encuentra su camino para sonar y salvarnos. La utopía entonces del periodismo musical es transcribir una experiencia multisensorial en un texto que represente lo que se sintió estar de cuerpo presente ante un acto musical tan travieso e impredecible como este. Por eso, me conformaré con mencionar tres momentos. El primero, el inicio con Anónima que permitió que el cello y la voz de Mabe nos introdujera a la declaración de intenciones de la banda: hacer que el público entrara en un intenso estado de suspenso, incertidumbre y sorpresa. El segundo, la balada existencial Alzando el trofeo que le canta a la proporcionalidad entre decepción y expectativa: "Como imaginar que alzando el trofeo caería en arenas movedizas", dice el coro. Y el tercero, La trampa sale, acaso mi canción favorita del disco y una difícil decisión a la hora de escoger entre la versión original de estudio con pianos y sintetizadores que me hace bailar o la versión en vivo improvisada con guitarra y saxofón que me hizo gritar, especialmente desde el 02:47.
La traducción de la palabra inglesa "play" al español es "jugar". Así que podríamos decir que Titanic aprovechó el telón de fondo del escenario de la Kantine am Berghain para "jugar" un drama sonoro en clave de tensión y liberación al interpretar Libra, Hotel Elizabeth, Lágrima del sol, Gotera, Escarbo dimensiones, La dueña, Gallina degollada, Te evité, entre otras, para completar una hora de show. No sin antes presentar y dar lugar a un solo instrumental de cada uno de los demás integrantes, la artista guatemalteca basada en México agradeció la presencia de las casi cien personas ahí reunidas y la banda correspondió con un encore despidiéndose finalmente alrededor de las 22:15.
Mabe Fratti y Héctor Tosta en la Kantine am Berghain, Berlín, septiembre 2025. Fotos propias.
Masterizado por Rafael Anton Irisarri, compuesto por diez canciones y de 33 minutos de duración, Hagen es un disco que transita entre géneros musicales con particularidad sónica, cada tema distorsiona una estructura fractálica creando microcomposiciones dentro de una misma pieza: por eso es jazz, es pop, es rock, es clásica, es experimental y no es nada en específico, es una vanguardista manera de concebir la música y el arte: el atravesamiento, procesamiento, reapropiación y montaje de influencias hasta desarrollar un lenguaje estético propio. Musicalmente abstracto pero narrativamente concreto, las letras de Hagen, mediante la voz de Fratti, dialogan con su audiencia uno a uno, como un experimentado amigo que cayó y regresó del infierno, aprendió a hacerse responsable de su mundo, su realidad y su porvenir y ahora es un como un refugio. En vivo Titanic es una banda que no requiere mucha parafernalia: la magia sucede de frente sin más trucos que la divinidad manifestándose por medio de la música que nace cuando los cuerpos sonoros de humanos virtuosos y los sedimentos acústicos de instrumentos con una ancestralidad material se encuentran.
Cuando termino de escribir esto, Titanic ya se ha presentado además en Jena, Praga y Dudingen como parte de una gira que continuará en Europa con Hagen como protagonista hasta finales de octubre. Sirva el presente texto como un registro de una noche en la que la música hizo confluir muchas identidades y temporalidades cambiantes y como un recordatorio de que cuando el mundo se acabe, la música seguirá sonando.
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Cartel del Titanic Tour 2025 por Europa. Fuente: Instagram de la banda. |