Si en Sudamérica tenía que viajar entre países para encontrar fragmentos de la escena electrónica, en Europa no llevo ni dos meses en Alemania y no he tenido que salir del pueblito medieval-universitario en el que vivo para perderme y encontrarme en las pistas de baile locales. Aunque no fui a las club nights en el Blitz de Múnich que llamaban mi atención (Teenage Dreams by DJ Heartstring y Herrensauna by SPFDJ y compañía) y los Brutalismus 3000 cancelaron su show en Milán dejándome vestido y alborotado, intentaré ir a la versión contemporánea del Love Parade -ahora llamada Rave The Planet- en Berlín de hoy en un mes. A ver qué pasa.
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