martes, 21 de noviembre de 2017

Lxs que siempre íbamos



No, yo no me desaparecí. Pero, ¿qué lugar puede ocupar la música en mi mente si, ni soy músico y ya no vivo de la música? Vivo gracias a la música que co-pilotea mi bici o la que escucho cuando no estoy leyendo o la que bailo cuando estoy triste pero de lo contrario: la música, la Electrónica y la escena en Guatemala son 3 de las más de 99 cosas que, como buen macho, me pelan la verga diariamente.

Tengo cosas más importantes que hacer: encontrar una forma de llegar al futuro o aceptar que este es el futuro, por ejemplo. Y la verdad, este país, si no fuera porque aquí estoy, también me pelaría la verga. Sólo por eso todos los días abro mi Twitter y sigo a las mentes más brillantes de la revolución que vivimos: para ver, ¿qué puedo hacer? ¿Qué puedo hacer yo, alguien más, frustrado, vicioso, soñador, fan de la música electrónica por este país? ¿Por qué TENGO que hacer algo si también TENGO que ver qué hago para sobrevivir?

¿Y si tuviera todo el dinero del mundo qué haría? No sé qué haría. Hace unos años hubiera invitado a ciertxs DJ's, a mis favoritxs, a fiestas que hubieran sido gratis, sólo para mis amigxs: lxs que siempre íbamos a las fiestas que habían apenas con la entrada comprada en preventa o a un revendedor y el dinero suficiente para comprar un pachón de vodka que dosificábamos para que durara toda la noche. Eso sí: sabíamos quién se presentaría y si igual íbamos a regresarnos a casa caminando, íbamos a pasar una noche que nunca olvidaríamos. Ahora no sé qué haría con tanto dinero. Supongo que me compraría un ticket al futuro que podría estar en la donación de computadoras a una escuela en el interior del país para que mi nombre trascendiera mi existencia o en alguna cabaña escondida en alguna montaña perdida del Japón. Pero no tengo todo el dinero del mundo, ni tengo dinero siquiera y para más chingar, siempre que mi mundo se ha acabado, la música ha seguido sonando.

Digo chingar porque, para quienes no nos ha quedado más que escuchar música para sobrevivir aquellos días que una mezcla de esperanza, incertidumbre y exasperación hacía que sólo se distinguieran por su nombre, o sea, para lxs que siempre íbamos, no tener a donde ir a bailar es un problema: Quienes hemos pasado por el taller del diablo por lo general hemos escuchado más música y por lo tanto -sabemos- más de música, de artistas, de disqueras pero más -y sobre todo- de cómo se vive la música. Le pese a quien le pese.

No somos las más guapas ni los que más botellas compramos. Es más, somos algo fexs: no salimos bien en las fotos y cuando sí, no nos vemos bien. Por eso le pelamos la verga a las promotoras locales: porque no somos populares, no somos cool y encima somos fexs. ¿Por qué alguien querría juntarse nosotrxs? ¿Porque -sabemos- de música? hahahahaha... A las promotoras locales les pela la verga si vamos o no a sus fiestas, no necesitan a quienes llevamos años asistiendo: tienen el dancefloor que dejó el EDM: ¿se imaginan todas esas bocas abiertas-sedientas de atol?

A las promotoras líderes -en dar atol con el dedo- lxs que siempre íbamos les pelamos la verga y por eso la música electrónica es irrelevante y, vamos, pela la verga en Guatemala. Continuará...



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