Manu Chao en Guatemala. Foto propia. |
El cantante franco español se despidió la noche del miércoles de la semana pasada con un show acústico, íntimo y de alta energía que por poco alcanza las tres horas de duración. La hazaña tuvo lugar en el Parque de la Industria de la Ciudad de Guatemala. Fue el tercero de tres recitales -antes de presentó en Antigua y en Xelajú- que el ex Mano Negra ofreció en el país como parte de la gira con la que está promocionando su nuevo y quinto álbum "Viva Tú". Hoy, mientras por fin se transcriben estas líneas, ya se encuentra en Brasil, iniciando un tour de seis fechas entre São Paulo y Rio de Janeiro.
"UNA CALADITA MÁS"
Vestido con sus usuales jeans cortos 3/4 de lona, una camiseta negra sin mangas en la que se leía la consigna zapatista "para todos todo" entre coloridos detalles de wiphala, una gorra blanca con símbolos mapuche, sneakers, collares y pulseras con las que un viajero tiende a protegerse, José Manuel Tomás Arturo Chao Ortega repetía "una caladita más" al final del concierto de largo aliento en el que convocó a más de dos mil personas al centro de convenciones de la zona 9 de la capital guatemalteca. Es que, precedido por la cantautora maya kaqchikel Sara Curruchich (quien, acompañada por un tambor y una marimba, interpretó temas de su autoría como "Mujer Indígena" pero también su versión de "Tanto que no sabes" de La Tona) y alrededor de las nueve de la noche, le bajaron volumen a una antesala de clásicos del rock latinoamericano para que "Los Musicarios", como se hacen llamar durante esta itinerancia Manu Chao y el guitarrista argentino Matumati, armados de un par de guitarras clásicas, otro par de bombos eléctricos, una laptop y pedales programados con efectos, salieran a escena.
Como si fuera el maestro de ceremonias de un circo no tradicional y antes de sentarse a afinar la guitarra en una de las dos sillas que, como les asistentes, le esperaba pacientemente al centro del modesto escenario montado en la concha acústica diseñada por el arquitecto mexicano Félix Candela, Chao se acercó al internacional público para saludarle y alzar los brazos como celebrando la coincidencia en el norte de América Central. Así, con una introducción paneada compuesta de varios samples que pueden escucharse en su música, Manu encendió una locomotora sonora que recorrió más de veinticinco años de carrera solista y, como no, clásicos de su ex banda Mano Negra. Todo, a punta de guitarra y voz, acompañado por efectos y solos voladores que su colega ejecutaba y con un bombo que le sirvió para marcarle el paso a los latidos de una legión de fans que portaban banderas de Guatemala pero también de México, El Salvador, Honduras, Costa Rica, Palestina, entre otras, como quien dirige, diríamos si no fuera Manu Chao, a un ejército a la batalla; pero como si se trata de él es, más bien, todo lo contrario: un llamado a andar por el camino de la paz. El tren de Manu Chao les llevó a cantar "Vecinos en el mar", "Y ahora qué", "Cuatro calles", "No solo en China hay futuro", "Todo llegará", "Viva tú", un mashup entre "Me llaman calle" y "La vida es una tombola" (en la que pidió aplausos para Diego Armando Maradona) y su versión de "Si me das a elegir" de Los Chunguitos.
La concha acústica del Parque de la Industria de la Ciudad de Guatemala. Foto propia. |
"NO TE ESCUCHO GUATE"
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