lunes, 29 de septiembre de 2025

Tracks: The Chronics - Silent voltage (Bipolar Disorder Records)

Como parte del primer V.A. de la disquera basada en Genova, Bipolar Disorder Records, The Chronics publicó "Silent voltage", un track que podría ser el indicio de un palimpsesto sonoro que lo está posicionando como un nombre a prestarle atención en la escena techno.

El proyecto del Jules Auderset, que recientemente marcó presencia en el line up de la fiesta de 18 años Club Renate de Berlín y que próximamente compartirá con Klangkuenstler en su natal Suiza, no es un completo desconocido para esta redacción: Ya habíamos degustado algo de su sonido en la presentación de Miss Kittin en Buenos Aires que incluyó en su setlist ese delicioso track llamado "This is not a love song" con autoría firmada por The Chronics.

Empleando una fórmula que combina kicks diseñados para que retumben en espacios grandes, bajos propios del techno industrial, interludios enigmáticos mediante teclados y pads moldeados para darle profundidad a la textura melódica del track (que aquí lo calificaríamos de aerodinámico en el sentido de hecho para hacerte volar en la pista), "Silent voltage" es uno de esos tracks que suenan al final de la fiesta cuando todavía no querés que se termine. Escuchalo aquí:

lunes, 22 de septiembre de 2025

Un domingo de agosto abriendo las ventanas del alma en el Berghain/Panorama Bar de Berlín

Una mañana soleada arribando al "templo" de la música electrónica
de la capital alemana. Foto propia.

Ahí iba yo: alrededor de las diez de la mañana de un domingo de verano en Berlín sin nada más que yo mismo, lo que soy y lo que tengo, esta piel, esta mente y este corazón, este religare, estas historias y estos intentos, cruzando el Oderbaumbrücke sobre el Río Spree. Iba descansado sin haber salido la noche anterior, bañado, vestido, desayunado y, tras una caminata de casi una hora, listo para el Berghain/Panorama Bar como quien va a misa. Cuando llegué, había una fila de menos de quince personas delante de mí entre los tubos de la entrada. Vi como les bouncers, una chica afrodescendiente y un hombre con una gorra de los New York Yankees, le negaron el ingreso a varias personas. Yo estaba nervioso, tengo que reconocerlo, había escuchado y leído tantas cosas sobre este club que un rechazo en la entrada era un golpe a mi lastimado ego y era para dejarme pensando si todavía valía la pena seguir participando en una suerte de escena global de música electrónica como raver y periodista independiente.  Ese era el nivel de relevancia personal en juego y por supuesto que iba solo y sin estar en la lista de invitados: era el Berghain/Panorama Bar, personificado en su filtro humano de ingreso, o sea, les bouncers y yo. Era mi destino y yo. Mi camino y yo. Mi suerte y yo. Todo o nada.

Llevaba gafas de sol puestas pero cuando llegó mi turno de ser "juzgado" en la puerta, me las quité. Curiosamente, la chica me preguntó -en inglés- si todo estaba bien conmigo. No sé si me lo preguntó porque el delineador que me había puesto en los ojos le agregaba cierto drama y profundidad a mi mirada -que yo performatizaba seria y directa como cuando uno pasa por el control de seguridad en los aeropuertos- pero solo le respondí que sí. El man de la gorra de los Yankees me preguntó si solo era yo, a lo que le respondí con un gesto medio abriendo los brazos y medio volteando a ver a mi alrededor como diciéndole: ¿mirás a alguien más a la par mía?, me vio a los ojos y supongo que es en la mirada, en un punto que los bouncers aprenden a reconocer con el tiempo, que saben tanto quién necesita, como quien podrá tolerar lo que ocurre adentro del club. Y, aunque ningún sistema de seguridad es infalible, y hasta a les bouncers del BH/PB se les filtran personas que solo entran de mirones a husmear e incomodar lo que pasa adentro, "the eyes, chico, they never lie": en los pocos segundos que duró nuestro cara a cara, pude percibir que, muy sutilmente y de difícil percepción, hubo algo que se quebró en su mirada, no sé exactamente qué fue (o tal vez sí: me vio a los ojos, y al verlos, supo que estaba frente a alguien que está sobreviviendo a una guerra interior), lo cierto es que solo sonrió y con la cabeza me hizo un gesto para que ingresara. Entré, como quien se prepara para cruzar un umbral entre uno y otro mundo, otro bouncer me pidió que sacara todo lo que llevaba en los bolsillos, lo hice, le puso un sticker color verde fosforescente a cada una de las cámaras de mi celular y pasé a pagar los treinta euros de cover. Me pusieron un brazalete y, quien me lo puso, pronunció la palabra liebe (que significa "amor" en alemán) cuando hizo un gesto como de sello o martillo con su puño sobre mi muñeca derecha.

No eran ni las once de la mañana y yo ya estaba en la parte de atrás del dancefloor del Berghain. Debo confesar que cuando ya estaba ahí, "reconociendo la cancha", se me salieron las lágrimas. ¿Por qué? Supongo que porque sentí que todo lo que había vivido hasta ese momento había valido la pena, porque estaba confirmado que era parte de algo más grande que yo. De algo que es parte de mi identidad. De una cultura de la que estoy parte. Lo demás, fueron diez hora de entregarse a la música (en este caso de Beatrice, Maemm y Chami, a quienes no había escuchado), de dejarse poseer por el sonido aerodinámico y habitar la pista de baile como quien habita un mundo ideal, hasta las ocho de la noche que Ivan Smagghe se presentaba en el Panorama Bar y fue toda una revancha tras un frustrado intento de bailarlo en el showcase de My Favorite Robot en la última edición del BPM Festival en Playa del Carmen. en 2017. La vida te quita y la vida te da. A mí me dio cuatro horas de danza rota en clave de electro techno en medio de una masa movediza de cuerpos sudorosos imposible de contener. Era un desborde corporal: los cuerpos chocaban y esos choques -esos shocks- eran llamados a cuestionarse y percibir las auténticas razones y sentidos para estar ahí. Yo fui a bailar mi revancha y lo logré. En cuanto Ivan finalizó, fui a descansar antes de cerrar mi jornada, de vuelta al Berghain para unas cuantas horas de las siete que tocó DJ Nobu y a caminar de vuelta al hostel.

¿Qué pasa adentro del Berghain/Panorama Bar? Lo mismo que pasa en cualquier otro lugar: el tiempo pasa. La cuestión es que el tiempo, el espacio-tiempo, el cronotopo, que se vive adentro de este club es un tiempo dedicado a la música y al sonido sí, pero también al autoconocimiento vía el deseo, el placer, la compensación inmediata, el hedonismo que se genera al encontrarse y reconocer, ya sea en las gradas o en los baños, la diferencia de la diversidad de seres que habitamos el mundo y que, a la luz o la sombra de la pista de baile, la verdad de la conmoción corporal no deja espacio para dudas: hay que aprender a fluir como el agua de un río que, aunque aparentemente estático en su cauce constante, en realidad el agua que fluye y lo constituye es diferente a cada instante; acaso como cada interacción con la otredad en la pista que te agrega conocimiento del mundo pero que también te deja una sensación de que, en el fondo, no somos tan distintos. Pienso en la luz que entra por las ventanas del BH/PB del amanecer transformándolos en vitrales multicolor que se proyectan sobre los dark rooms. La evidencia del paso del tiempo es el cambio. Ya no somos lxs mismxs. Unos le llaman decadencia, otros le llaman salvación. ¿Y si la decadencia del ego es la salvación del alma?

lunes, 8 de septiembre de 2025

Tracks: Arnaud Rebotini & Acid Washed - Gen Mix (Skylax Records)

Artwork: H5 Paris

Los productores franceses Arnaud Rebotini y Andrew Claristidge ¿o David Ducaruge?, mejor conocido como Acid Washed, publicaron el primero de cuatro EP's de una serie titulada R.A.V.E. que lanzarán, vía Skylax Records, de septiembre a enero.

Presentado como un tributo a las raíces y al futuro de la cultura rave y teniendo el álbum Musical Component de Rebotini como referencia, el EP nombrado Redshifts to Blueshifts, está compuesto por cuatro tracks originales que buscan capturar y transmitir la energía producida en vivo al jammear con los sintetizadores de los que el ex Black Strobe siempre está armado.

Acid Washed y Arnaud Rebotini en Bohnengold,
Berlín, agosto 2025. Foto propia.

Por una de esas gratas coincidencias y sorpresas de la vida, yo estaba en Berlín cuando Arnaud anunció en su Instagram que estaría dos noches en la capital alemana. Me lo había perdido en São Paulo a semanas de irme de Brasil, por lo que la primera de ellas, en el Bohnengold, un venue con varias salas: bar, juegos, pista de baile... era imperdible para mí y más, porque terminó siendo la unofficial release party de este nuevo material. La cuestión es que llegué muy temprano: ¡a las ocho! Y los autores del EP del que estamos hablando, solo iniciaban su jornada después de las diez, así que decidí salir a fumarme un cigarro en una de esas bancas que hay en cualquier lugar de Berlín y estando ahí, escuchando música en el celular, decidí ir comprar una cerveza a uno de los Späti cercanos. Cuando regresé, una chica estaba sentada en la banca. Vi si había otra banca cerca y, como no, le pregunté si podía sentarme. Terminamos platicando, resulto ser de Georgia y nuestra plática me hizo pensar en lo diferente que son las vidas que se encuentran en las pistas, que las pistas son como una muestra de la diversidad del mundo, o son el mundo a escala y la disco ball es como la luna, por eso es tan poderoso reunirse con la música como motivo.

Ya adentro del bar y después de varias Radler, el sonido disco que distingue al ciclo Welcome The Discothèque, dirigido por Acid Washed en este frecuentado venue de Kreuzberg, comenzó a escucharse por el sistema de sonido a diferentes niveles de volumen en los distintos ambientes del lugar. Personalmente era lo que estaba esperando así que bajé a la pista donde Claristidge ¿o Ducaruge? estaba iniciando la que sería una velada oscura y sudorosa con tracks como Den Haan - Release the beast que antecedieron a varias horas ininterrumpidas de un Arnaud Rebotini que llegó -en modo DJ set y en vísperas de su presentación en el Sisyphos- con altos voltajes de lo que yo llamaría 'disco-techno a la electroclash'.

Regresando al EP, nuestro track favorito es el de cierre: Gen Mix, un track intenso, dramático y ácido, que por momentos me lleva a From the crypt to the astrofloor de Laurent Garnier para el Speicher 95 de Kompakt Records. Un track techno que bien podría ser interpretado por una orquesta o ser la banda sonora de una película en la que el personaje está siguiendo a la música sin saber a donde lo está llevando pero con la esperanza (y el miedo) de que sea a un lugar del que ya no haya que escapar. Escuchalo aquí:

domingo, 7 de septiembre de 2025

Cuando se acabe el mundo, la música seguirá sonando: Titanic presentó su nuevo álbum Hagen en la Kantine am Berghain

Titanic en la Kantine am Berghain, Berlín, septiembre 2025. Foto propia.

La banda liderada por el dúo compuesto por la violonchelista y cantante Mabe Fratti y el guitarrista y compositor Héctor "I La Católica" Tosta presentó su segundo álbum titulado Hagen, que salió el viernes, distribuido por la disquera Unheard of Hope, en la Kantine am Berghain de la capital alemana.

Detalles del outdoor area. Kantine am Berghain, Berlín, septiembre 2025.
Fotos propias.

En un día martes que comenzó lluvioso y terminó propicio para una caminata de casi una hora desde el hotel, en Neuköll, hacia el venue, entre los distritos de Kreuzberg y Friedrichshain, justo al lado del legendario templo de la música electrónica (al que ya nos referiremos en otro post porque el otro día entramos y sí, todo lo que se dice es cierto), fue anunciado por la productora Digital en Berlin y la Powerline Agency que las puertas abrirían a las 19:00 y el show arrancaría a las 20:00 con Jungstötter.

Aprovechando que llegué relativamente temprano, el lento paso de las nubes que, poco a poco, fueron ocupando el cielo despejado como expectadoras de lo que acontecía abajo, la mezcla de vegetación, concreto, metal y madera del paisaje y la selección de música chill out del bar afuera de la Kantine (sonaron esenciales como Jose Padilla - Sabor de verano), no fui el único en tomarse una cerveza de esas de medio litro típicas en Alemania y en descubrir que el espacio que hoy ocupa la Kantine, era el restaurante de una antigua planta de calefacción. Esperé a que se ocultara el sol e ingresé a la sala de conciertos de estilo cabaret industrial que, con una programación propia  y alternativa al club de al lado, abre sus puertas prácticamente todos los días a propuestas musicales independientes e innovadoras.

Kantine am Berghain. Berlín, septiembre 2025. Foto propia.

Con una capacidad para doscientos asistentes, la sala rectangular está conformada por el escenario, que esta noche luce un telón corinto de fondo, y sobre la tarima se ve una batería, varios micrófonos y monitores para los músicos, que serían bañados en luces rojas y amarillas toda la noche, y un sistema de sonido aéreo y de base. Al lado izquierdo de la entrada, una fila de bancos trípode esperando a los primeros en llegar; al lado derecho, una barra de bebidas con varias velas encendidas, que daban cierto aire de intimidad y atrás, la cabina del ingeniero de la sala con un retrato de la forma original de la planta donde hoy se encuentra el Berghain/Panorama Bar de fondo. Antecedido por una playlist que incluyó canciones como Godspeed You! Black Emperor - Babys in a thundercloud, alrededor de las 20:15 se apagaron las luces blancas que rodeaban la disco ball del techo de la sala para que el abridor, Fabian Altstötter, mejor conocido como Jungstötter, acompañado de un baterista, se subieran al escenario.

Jungstötter en la Kantine am Berghain. Berlín, septiembre 2025.
Foto propia.

Con las manos a veces en un piano y a veces en un bajo, una armónica alrededor del cuello, una voz grave, profunda, por momentos como el denso susurro nocturno de un utópico one man band, los trucos percusivos del batería y algunos sonidos extra desde una computadora, el austriaco interpretó algunas canciones de sus discos Love Is (2019) y One Star (2023) y se permitió probar alguna pieza en la que está trabajando. Más o menos media hora después, alrededor de las 20:45, agradeció la presencia de los asistentes y se bajó de la tarima junto al baterista para proceder a un intermedio que funcionó para el cambio de instrumentos y demás preparativos para lo que venía.

Alrededor de las 21:15, Friso Van Wijck se posicionó en la batería y Nat Philipps colocó al setlist al pie del saxofón para acompañar a la guatemalteca y el venezolano en la segunda fecha del tour de verano europeo de Titanic. La omnipresente atención de Fratti a las cuestiones técnicas me hizo recordar a los tiempos de SMA o FRAAEK en Guatemala donde se hacía lo que se podía con lo que se tenía pero, aunque parecida, su presencia no es la misma de las últimas veces que la vi hace casi diez años. La Mabe de hoy se ha convertido a sí misma en una referencia a la hora de hablar de romper los cánones tradicionales en la música contemporánea a punta de experimentar con su cello y con su voz. Con cuatro álbumes como solista bajo el arco: Pies sobre la tierra (2019), Será que ahora podremos entendernos (2021), Se ve desde aquí (2022) y Sentir que no sabes (2024); otro en colaboración con la fundadora de Malaria!, Gudrun Gut (Let's talk about the weather, 2021), otro con el colectivo Amor Muere (Un tiempo para amar, un tiempo para morir, 2023) y dos más con Titanic (Vidrio, 2023 y ahora Hagen, 2025), hoy por hoy continúa la construcción de un cuerpo de obra con el que ya es inmortal ("cuando deje de correr sé que no me van a perseguir", dice la letra de Te tragaste el chicle; "ya fui todo lo que quiero", dice Pájaro de fuego, ambas parte del nuevo material) aunque no por eso da señales de que vaya a parar, todo lo contrario, este año ha publicado colaboraciones con Lucrecia Dalt y Blood Orange y sigue girando en varios de los escenarios más especializados del mundo, como la Biennale Musica de Venezia dirigida por Caterina Barbieri, donde se estará presentando a doble turno en octubre.

Portada de Hagen. Artwork: Alejandro Beltrán.

El repertorio de Titanic, que para esta ocasión se alinea de izquierda a derecha con Van Wijck en la batería, Tosta en la guitarra, Philipps en el saxofón y Fratti en el cello y la voz, va un tema tras otro casi sin esperar por los aplausos. Alterna entre canciones de sus dos álbumes y sustituye los teclados de las versiones de estudio por el saxofón para recrear otras versiones en vivo con un toque de improvisación que emana una atmósfera de orden en el caos. Realmente cada una de las canciones tanto en su composición lírica y músical como en su interpretación en directo es una aventura diferente. El personaje de esta epopeya es la música misma, que siempre encuentra su camino para sonar y salvarnos. La utopía entonces del periodismo musical es transcribir una experiencia multisensorial en un texto que represente lo que se sintió estar de cuerpo presente ante un acto musical tan travieso e impredecible como este. Por eso, me conformaré con mencionar tres momentos. El primero, el inicio con Anónima que permitió que el cello y la voz de Mabe nos introdujera a la declaración de intenciones de la banda: hacer que el público entrara en un intenso estado de suspenso, incertidumbre y sorpresa. El segundo, la balada existencial Alzando el trofeo que le canta a la proporcionalidad entre decepción y expectativa: "Como imaginar que alzando el trofeo caería en arenas movedizas", dice el coro. Y el tercero, La trampa sale, acaso mi canción favorita del disco y una difícil decisión a la hora de escoger entre la versión original de estudio con pianos y sintetizadores que me hace bailar o la versión en vivo improvisada con guitarra y saxofón que me hizo gritar, especialmente desde el 02:47.

La traducción de la palabra inglesa "play" al español es "jugar". Así que podríamos decir que Titanic aprovechó el telón de fondo del escenario de la Kantine am Berghain para "jugar" un drama sonoro en clave de tensión y liberación al interpretar Libra, Hotel Elizabeth, Lágrima del sol, Gotera, Escarbo dimensiones, La dueña, Gallina degollada, Te evité, entre otras, para completar una hora de show. No sin antes presentar y dar lugar a un solo instrumental de cada uno de los demás integrantes, la artista guatemalteca basada en México agradeció la presencia de las casi cien personas ahí reunidas y la banda correspondió con un encore despidiéndose finalmente alrededor de las 22:15.  

Mabe Fratti y Héctor Tosta en la Kantine am Berghain, Berlín, septiembre 2025. Fotos propias.

Masterizado por Rafael Anton Irisarri, compuesto por diez canciones y de 33 minutos de duración, Hagen es un disco que transita entre géneros musicales con particularidad sónica, cada tema distorsiona una estructura fractálica creando microcomposiciones dentro de una misma pieza: por eso es jazz, es pop, es rock, es clásica, es experimental y no es nada en específico, es una vanguardista manera de concebir la música y el arte: el atravesamiento, procesamiento, reapropiación y montaje de influencias hasta desarrollar un lenguaje estético propio. Musicalmente abstracto pero narrativamente concreto, las letras de Hagen, mediante la voz de Fratti, dialogan con su audiencia uno a uno, como un experimentado amigo que cayó y regresó del infierno, aprendió a hacerse responsable de su mundo, su realidad y su porvenir y ahora es un como un refugio. En vivo Titanic es una banda que no requiere mucha parafernalia: la magia sucede de frente sin más trucos que la divinidad manifestándose por medio de la música que nace cuando los cuerpos sonoros de humanos virtuosos y los sedimentos acústicos de instrumentos con una ancestralidad material se encuentran.

Cuando termino de escribir esto, Titanic ya se ha presentado además en Jena, Praga y Dudingen como parte de una gira que continuará en Europa con Hagen como protagonista hasta finales de octubre. Sirva el presente texto como un registro de una noche en la que la música hizo confluir muchas identidades y temporalidades cambiantes y como un recordatorio de que cuando el mundo se acabe, la música seguirá sonando.

Cartel del Titanic Tour 2025 por Europa.
Fuente: Instagram de la banda.

lunes, 30 de junio de 2025

Tracks: GusGus - Rivals (DJ Hell Mix) - Edit


"You know there will be rivals, along with new arrivals", dice la canción "Rivals" incluída en el último álbum titulado "DanceOrama" del conjunto islándico de powerhouse GusGus. Acaso un par de versos que funcionan como augurio. Y no solo porque una vendedora informal de billetes de metro me engañó apenas llegando a Milán.

Es que el 20 de junio, llegué a la capital de la región de Lombardía, en el norte de Italia, para tener un premio de consolación ante la cancelación de la fecha de Brutalismus 3000 por supuestos problemas logísticos y financieros: Se trataba nada más y nada menos que de la leyenda alemana Helmut Geier, mejor conocido como DJ Hell que se presentaría en el Vacuum Club pero que al final no lo hizo porque le robaron su bolsa con todas sus cosas. Más temprano, ese día, se había publicado el Edit que realizó al remix de "Rivals", que había lanzado casi un año antes, vía Kompakt Records como parte de su celebración de 500 releases.


Cuatro minutos más corto (el remix dura más de ocho minutos), levemente más rápido, con los bajos más pesados, los hi-hats propios del Detroit techno, los teclados más sostenidos y siempre con los sintetizadores de Biggie Veira y la voz de Daníel Ágúst Haraldsson compartiendo protagonismo, GusGus - Rivals (DJ Hell Mix) - Edit está al aire justo a tiempo para un verano que, como la desigualdad social, todavía no se acaba. Escuchalo aquí:

domingo, 27 de abril de 2025

25 años del álbum que el fuego no se llevó: "Tanto tempo" de Bebel Gilberto

Dicen que donde hubo fuego cenizas quedan. Pero también dicen que el viento se las lleva. El caso del álbum debut de Bebel Gilberto no es ese.

En el año 2000, cuando el mundo aún digería los últimos ecos del trip-hop y la electrónica downtempo se fusionaba con el pop global, Bebel Gilberto irrumpió con "Tanto Tempo", un disco que redefinió la Bossa Nova para el nuevo milenio. Hija del inventor del género, João Gilberto, y de la cantante Miúcha y sobrina del legendario Chico Buarque, Bebel heredó un linaje musical ineludible, pero en vez de cargarlo como una cruz, lo transformó en una plataforma de reinvención.

Producido por el músico serbio Mitar Subotić, mejor conocido como Suba (y entre lxs amigxs cercanos al blog por su álbum "São Paulo Confessions") "Tanto Tempo" es un ejercicio de sutileza y elegancia. La producción es minimalista, casi etérea, combinando las texturas electrónicas suaves con los elementos acústicos tradicionales de la Bossa Nova. El resultado es una especie de “bossa chillout” que suena tanto en cafés bohemios de São Paulo como en lounges neoyorquinos.

El 2 de noviembre de 1999, Subotić (también conocido como Rex Ilusivii -El Rey de las Ilusiones en latín-), se encontraba trabajando en la posproducción del disco cuando su estudio se incendió. Mitar murió por inhalación de humo al rescatar la grabación del álbum que finalmente fue publicado el 25 de abril de 2000 por Ziriguiboom, sublabel de la compañía Crammed Discs y se convertiría en el disco brasileño más vendido afuera de Brasil y que sería incluído en el libro "1001 álbumes que debes escuchar antes de morir".

41 minutos de duración que se van como agua entre los dedos con las 11 canciones que componen el disco en que se abrazan estilos clásicos (como la Bossa Nova que inventó su padre) y tecnología moderna (samples y collages sonoros ingeniosamente dispuestos por Suba) y donde la voz de Bebel funciona más como un instrumento que como un vehículo lírico con un estilo interpretativo introspectivo y distante pero íntimo, "Tanto tempo" abre (y no por casualidad) con un cover de "Samba da Benção", original de Vinicius de Moraes que contiene la que quizás sea una de las claves para componer samba pero también, porqué no decirlo, crear Arte, sí, con mayúscula en general: "pra fazer um samba com beleza é preciso um bocado de tristeza".

Otras dos de nuestras favoritas, que bien podrían ser una muestra representativa del álbum son "Alguem" y "Lonely", ambas, mezclas electrónicas de Chill out y Jazz en que las letras en portugués e inglés, expresadas con la dulce voz de Bebel, se complementan. "Tanto Tempo" no solo catapultó a Bebel Gilberto al estrellato internacional, sino que también abrió una nueva vía para la música brasileña en el exterior, alejándola del exotismo folclórico y acercándola a la sofisticación del downtempo global. A más de dos décadas de su lanzamiento, el álbum sigue sonando fresco, elegante y atemporal.

Un disco esencial para quienes buscan perderse entre ritmos suaves, melodías nostálgicas y el eterno vaivén entre lo tradicional y lo moderno. Sumate a esta celebración de la vida después de la muerte escuchándolo completo aquí:

martes, 31 de diciembre de 2024

Top 20 - 2024

Que añooooo. Mucho para decir. Probablemente el mejor año de mi vida. Lo cierto es que se va y deja música. Tengo un texto sobre el tiempo pendiente y este post debió ser un podcast pero regresar a Guatemala está siendo un proceso para mí... Hay rolas en esta lista que son historias de viajes. Un año de alta energía para mí. Supongo que lo necesitaba. Tenía mucho que hacer y lo hice. Ya hasta celebré. Demás. Estos fueron mis tracks favoritos de este año ordenados más o menos conforme fueron apareciendo en mi 2024:

Xols - That time of the night - Polari Records

Cafius - Tonight is the night - Moustache Records

Kontravoid - Fading - Artoffact Records

Jonathan Kaspar - We come - Crosstown Rebels

Len Faki - Temple (Ø Phase Remix) - Figure

TR/ST - Soon - Dais Records

Mabe Fratti - Ángel Nuevo - Unheard Of Hope

Louis de Tomasso - Deimos - Polari Records

Babes In Love - Surrender - Independiente

Noporn feat. Jup do Bairro - Noite triste - Inner Shah Recordings

Fancy - Slice me nice (Tobias Bernstrup Remix) - Polydor

Charly García - La lógica del escorpión - Sony Music Argentina

Eagles & Butterflies - H3000 - Running back

Guy J - Million years from now - Early Morning

Tensnake - Get it - Armada Music

Héctor Oaks feat. Alexxandra - Welcome to ninguna parte - Kaos

Doctr feat. Julia - Now you can fly - Bordello A Parigi

Franz Skala - Webo - Red Laser Records

Pet Shop Boys - New London Boy (Boy Harsher Remix) - Parlophone Records

Fabio Me Llaman Soltero - Bathrobe action - Party Central

Fred Terror - Terror nights - Intervision

martes, 26 de noviembre de 2024

Una noche de acción: el tren de Manu Chao pasó por Guatemala

Manu Chao en Guatemala. Foto propia.

El cantante franco español se despidió la noche del miércoles de la semana pasada con un show acústico, íntimo y de alta energía que por poco alcanza las tres horas de duración. La hazaña tuvo lugar en el Parque de la Industria de la Ciudad de Guatemala. Fue el tercero de tres recitales -antes de presentó en Antigua y en Xelajú- que el ex Mano Negra ofreció en el país como parte de la gira con la que está promocionando su nuevo y quinto álbum "Viva Tú". Hoy, mientras por fin se transcriben estas líneas, ya se encuentra en Brasil, iniciando un tour de seis fechas entre São Paulo y Rio de Janeiro.

"UNA CALADITA MÁS"

Vestido con sus usuales jeans cortos 3/4 de lona, una camiseta negra sin mangas en la que se leía la consigna zapatista "para todos todo" entre coloridos detalles de wiphala, una gorra blanca con símbolos mapuche, sneakers, collares y pulseras con las que un viajero tiende a protegerse, José Manuel Tomás Arturo Chao Ortega repetía "una caladita más" al final del concierto de largo aliento en el que convocó a más de dos mil personas al centro de convenciones de la zona 9 de la capital guatemalteca. Es que, precedido por la cantautora maya kaqchikel Sara Curruchich (quien, acompañada por un tambor y una marimba, interpretó temas de su autoría como "Mujer Indígena" pero también su versión de "Tanto que no sabes" de La Tona) y alrededor de las nueve de la noche, le bajaron volumen a una antesala de clásicos del rock latinoamericano para que "Los Musicarios", como se hacen llamar durante esta itinerancia Manu Chao y el guitarrista argentino Matumati, armados de un par de guitarras clásicas, otro par de bombos eléctricos, una laptop y pedales programados con efectos, salieran a escena.

Como si fuera el maestro de ceremonias de un circo no tradicional y antes de sentarse a afinar la guitarra en una de las dos sillas que, como les asistentes, le esperaba pacientemente al centro del modesto escenario montado en la concha acústica diseñada por el arquitecto mexicano Félix Candela, Chao se acercó al internacional público para saludarle y alzar los brazos como celebrando la coincidencia en el norte de América Central. Así, con una introducción paneada compuesta de varios samples que pueden escucharse en su música, Manu encendió una locomotora sonora que recorrió más de veinticinco años de carrera solista y, como no, clásicos de su ex banda Mano Negra. Todo, a punta de guitarra y voz, acompañado por efectos y solos voladores que su colega ejecutaba y con un bombo que le sirvió para marcarle el paso a los latidos de una legión de fans que portaban banderas de Guatemala pero también de México, El Salvador, Honduras, Costa Rica, Palestina, entre otras, como quien dirige, diríamos si no fuera Manu Chao, a un ejército a la batalla; pero como si se trata de él es, más bien, todo lo contrario: un llamado a andar por el camino de la paz. El tren de Manu Chao les llevó a cantar "Vecinos en el mar", "Y ahora qué", "Cuatro calles", "No solo en China hay futuro", "Todo llegará", "Viva tú", un mashup entre "Me llaman calle" y "La vida es una tombola" (en la que pidió aplausos para Diego Armando Maradona) y su versión de "Si me das a elegir" de Los Chunguitos.

La concha acústica del Parque de la Industria de la Ciudad de Guatemala. Foto propia.

"NO TE ESCUCHO GUATE"

De esa manera, el autor de los discos "Clandestino (Esperando la última ola...)", "Próxima estación...Esperanza", "Sibérie m'était contéee", "La Radiolina" y ahora, "Viva Tú", animaba a les asistentes para continuar el paseo en clave de rumba flamenca con su versiónd de "Huelga de amores" de Divividos, "Eu beijei o sol", "Señor Matanza", "El contragolpe" y "El tren se fue", tras la que el artista subrayó que esa, la noche del 20 de noviembre era "una noche de acción" cuya misión fue primero llegar "a la libertad", después "a la locura" y luego "a la aventura". Prosiguió con "Malegría", "Mala vida", "Mi vida", "La despedida", "Mr. Bobby" (para la que invitó al rapero maya tzutujil Tzutu Kan a cantar con su hijo en brazos tal y como aparece en la colaboración que hicieron a mediados de año) y al músico Dr. Nativo para cantar su hit "Guatemaya".

Ante un público diverso étnica y generacionalmente, que cantaba en inglés o francés pero callaba cuando el kaqchikel o el tzutujil salía por el sistema de sonido, Manu Chao cantó "Clandestino" y reiteró que "nadie es ilegal". Siguió con "Welcome to Tijuana", "Vagabundo de la calle", "Adiós Romerito" y se fue a un primer encore tras el que continuó con "Lágrimas de oro", su versión de "Cómo que no" de Gustavo Peña y "Desaparecido". Ya en el segundo encore el cansancio entre los más jóvenes, los más viejos, los más sanos o los que habían trabajado ese día, el día anterior y tenían que trabajar al día siguiente, se hizo presente y se sintió como cuando se está llegando al tramo final de un largo viaje. Pero, como no queriendo dejar ir a nadie y sin intenciones de bajarle a la intensidad de su alma punk, Manu Chao salió una vez más al escenario para llevar al público al clímax invitándole al "aquí y ahora Guatemala" y cantando "La primavera" y "Me gustas tú". Alrededor de las once y media de la noche su versión de Pinocchio (Viaggio in Groppa al Tonno) de Fiorenzo Carpi sonó de nuevo, como sonó a lo largo del espectáculo, esta vez como anunciando el final de la función y con los cipreces y palmeras de sobresaliente fondo y testigo, Chao celebró, saltó y se acercó a despedirse de sus fans.

sábado, 2 de noviembre de 2024

Una noche paranormal: Ellen Allien en Guatemala

La DJ, productora y label boss alemana se presentó en Guatemala para comenzar su gira por América Latina. Foto propia.

Desde la caída del muro de Berlín a la fecha no hay género musical que se haya expandido tanto alrededor del mundo como el electrónico, particularmente el techno. ¿Qué nos dice esto del zeitgeist (espíritu del tiempo) del período histórico que estamos viviendo como humanidad? Ya sea una tendencia que obedece a una demanda de mercado, una oferta de música y contenidos proporcional al acceso a tecnología e Internet o la creciente necesidad de emancipación de las diferencias que se han ido reconociendo y encontrando en la pista de baile y otros cronotopos creativos en los últimos años, si hay alguien que es testimonio vivo de este proceso es Ellen Allien.

Aunque había sellado pasaporte en La Aurora desde el 29 de octubre tras sus presentaciones en el Amsterdam Dance Event y el último de sus "We Are Not Alone" weekender raves en Berlín, fue la noche del 31 de octubre o, para ser más precisos, la madrugada del 1 de noviembre (ya en pleno día de los muertos en Guatemala), cuando Ellen Allien, activa desde los noventas, procuró sintetizar, en poquito más de dos horas, más de veinticinco años de construcción sonora, no solo por su carrera individual en las bandejas o en el estudio, sino como jefa de una disquera emblemática como es BPitch Control, fundada en 1999.

La fiesta, segunda edición del ciclo Dead Or Alive de las promotoras Delusional y Marketing, tuvo lugar en el Club Guatemala en el Centro Histórico de la ciudad capital y hay que destacar la organización: desde el fluido proceso para ingresar hasta la distribución de los espacios para las barras, áreas para descansar y para fumadores y otras amenidades que se sumaron a lo que ofrece el monumento nacional con capacidad para más de mil personas de estilo arquitectónico colonial (por eso no era de sorprenderse con el retrato de pedro de alvarado que la oscuridad escondía arriba del escenario).

El Club Guatemala, de más de 125 años de antigüedad,
recibió la segunda edición del ciclo "Dead Or Alive".

Las puertas se abrieron desde las ocho de la noche para darle paso a un line up cargado principalmente de talento local (cinco actos) que le entregó la cabina a la Allien alrededor de las dos de la mañana. Con un sistema de sonido a la altura de la leyenda que iba a emplearlo y de lo que se va a encontrar en la demás paradas del tour y ante una pista de baile bañada en luces rojas, blancas y verdes, Ellen quebró la expectativa de un set exclusivamente de techno para matizarlo con momentos break beat, electro clash, acid, dark wave (puso a sonar Línea Aspera - Malarone y Figure Study - Wait) y hasta el clásico trance Three Drives  - Greece 2000.

Dicen que a esa hora, alrededor de las tres de la mañana, la actividad paranormal en el mundo espiritual se intensifica y como sabiéndolo, bailando, saltando, siempre sonriente para las cámaras, amable con sus fans pero concentrada a la hora de ejecutar su impecable técnica para mezclar (a cuatro canales), por dos horas -que ojalá hubieran sido cuatro- Ellen Allien trajo a Guatemala una probadita de lo que sirve en el circuito de música electrónica en el que se mueve y le corresponde: uno que en dos semanas la tendrá en fabric y Tresor en un solo fin de semana.

Alrededor de las cuatro la producción de la fiesta subió a decirle a la berlinesa que era hora de parar, como reconociendo que la sesión había sido efectiva (el dancefloor seguía ahí, queriendo más) pero definitivamente corta para lo que está acostumbrada a tocar, la extra terrestre aceptó los aplausos, los gritos de agradecimiento, se tomó un par de fotos con quienes tuvieron la suerte y partió al aeropuerto rumbo a Costa Rica, sigue Colombia, Chile y Argentina.

jueves, 12 de septiembre de 2024

70% - Música en el horizonte

Kontravoid en Uniclub, Buenos Aires. Foto propia.

No puedo dormir. Otra vez. Las últimas noches me ha costado. Supongo que es la ansiedad. Me voy. En cinco semanas mi viaje por América del Sur concluye, al menos hasta que la vida me traiga de nuevo. Dejo mi base de operaciones en el lado brasileño de la triple frontera que el gigante sudamericano comparte con Paraguay y Argentina tras casi cinco años viviendo aquí. Regreso por unos meses a Guatemala luego de haber estado viajando de Montevideo para Santa Cruz y La Paz pasando por Balneario Camboriú y Florianópolis y volviendo a Buenos Aires y Montevideo para cumplir mi sueño de conocer Bolivia y despedirme de la comarca platina con las cuentas cabales.

Tijana T en Crobar, Buenos Aires. Foto propia.

En Uruguay no faltaron mis visitas a las pistas de baile del ciclo Formato y el club Phonoteque, en Argentina fui a la presentación de Kontravoid en Uniclub y a Tijana T en Crobar y ya de regreso en Foz do Iguaçu, el fin de semana que recién pasó fui al tour del club catarinense Warung con Kamilo Sanclemente y Simon Vuarambon que ofrecieron una noche en búsqueda del amanecer en clave progressive house. Para despedirme del Sur, viajé a Chile siguiendo la música y la música me siguió: no estaba previsto en su gira original pero Héctor Oaks se presentó en Santiago, para el estreno del nuevo ciclo de la fiesta local Dame llamado Humana, así que aproveché para checar la pista de baile chilena del Club Room y, un día antes, del Club Vita, para una noche con el argentino Zisko, el colectivo Techno Youth y el sello y promotora local Panal Records. Por si fuera poco, conocí el famoso Club La Feria en una noche con Nick Curly. ¿Qué puedo decir? Poco más de una semana en Chile entendiendo cada vez más a Lemebel y su manifiesto por la diferencia.

Simon Vuarambon en Warung Tour, Foz do Iguaçu. Foto propia.

Sobrepasamos el 70% del año (de hecho ya pasamos el 75%) y, aunque este año no hubo premios o grandes sorpresas, cumplí con lo que me trajo a Sudamérica: construir una llave con la que podré abrir varias puertas detrás de las que habrá caminos que se harán al andarlos de ahora en adelante. No todo es perfecto pero antes de quejarme y pedir, agradezco. Agradezco los milagros cotidianos, las pequeñas victorias, los privilegios y las conquistas, agradezco el regalo que es la vida día a día y que la música siga sonando en los horizontes hacia los que camino. Ahora en Guatemala me espera Ellen Allien para Halloween, Boy Harsher dos días antes de mi cumpleaños y Manu Chao cuatro días después.

Héctor Oaks en Humana, Santiago de Chile. Foto propia.

Nick Curly en Club La Feria, Santiago de Chile. Foto propia.

martes, 30 de julio de 2024

#ItsNOTallAboutMusicRecomienda: Richie Hawtin: DEX EFX X0X @ Sónar, Barcelona 2024


Inspirado en su álbum de 1999 titulado "Decks, EFX & 909", Richie Hawtin presentó su nuevo show enfocado más en el sonido y las luces que en la imagen. El nombre es DEX EFX X0X y por el momento se ha estrenado en Detroit y en Barcelona. La idea es sumergir a la pista de baile en una atmósfera club innovadora aunque la fiesta sea del tamaño de un rave o de un festival.

Más de una hora de ese Techno intenso e hipnótico que caracteriza al Plastikman y diseño visual que, no solo complementa la música, sino que actúa como una extensión de ella tomando al dancefloor en un flujo incesante de estímulos que no da tregua para Instagram, en vivo desde el Sónar 2024. Música, tecnología y concepto para ver, escuchar y bailar. Dale play:

Música para qué: El rapero maya tz'utujil Tzutu Kan y la productora nicaragüense Naoba colaboran con Manu Chao en "Mr. Bobby"


José Manuel Tomás Arturo Chao Ortega nació en Europa pero el mito Manu Chao nació en América Latina. En México le prohibieron la entrada, a Guatemala le gustaba ir a banquetear alrededor del Lago de Atitlán tomando cerveza de a litro y fumando una bacha y en Sudamérica más de alguien conoce a alguien que le dio jalón mientras pedía a dedo, a la orilla de cualquier camino, que alguien lo llevara.

Más de veinte años después del lanzamiento de la versión original (y en vísperas de un nuevo álbum titulado "Viva Tu"), el autor de "Clandestino" ha grabado una nueva versión de "Mr. Bobby" de su disco "Próxima estación... Esperanza" pero no lo ha hecho solo. La organización Playing For Change ha convocado músicos alrededor del mundo como parte de su ciclo musical Songs Around The World entre los que se encuentra el rapero maya tz'utujil Tzutu Kan y la productora electrónica nicaragüense Naoba.

Tzutu Kan

El videoclip fue publicado hace unos días y puede admirarse al rapero Tzutu Kan junto a su hijo en una calle de San Marcos La Laguna quien compuso e interpretó un verso en el idioma maya tz'utujil cuyo pueblo originario se encuentra principalmente en los alrededores del Lago de Atitlán. La traducción de la estrofa en tz'utujil sería la siguiente:

Nim ri a b´ix, nim ri a tzij, maltioox Tat Marley
Grande es tu canto, tu verdad, gracias abuelo Marley

ja ri puaq' ma ta tu loq' ri mayabel k´aslem
el dinero no puede comprar la vida maya

saluxinem, kamisanem, cha ri k´amoltaq beey
persecuciones, muerte, acechan a nuestros líderes indígenas

ti qa yeka ri mayabel k´aslem
levantemos esta maravillosa existencia.

Naoba

También puede admirarse a la artista sonora, DJ y productora Naoba que mezcla música electrónica con sonidos orgánicos, grabaciones de campo e instrumentos tradicionales y para la ocasión, desde San Juan del Sur, ofrenda percusiones digitales para este homenaje a Bob Marley, a quien se le pide que cante algo bueno, pues el mundo enloqueció y es una emergencia. Música que transforma la realidad. Música que visibiliza Centroamérica. Mirá el video y escucha la canción aquí:

sábado, 27 de julio de 2024

La música no se mancha: una noche con Guy J en una de las ciudades más conservadoras de Brasil

Guy J en Surreal Park. Foto propia.

El productor y DJ israelí se presentó por segunda vez en menos de un año en el club Surreal Park localizado en Balneario Camboriú, Santa Catarina.

La primera vez que se presentó en el club asociado al paulista D-Edge, era diciembre y yo me encontraba en Guatemala por lo que esta vez lo aproveché también como justificación para ir a recargarme a una de las cuarenta y dos playas de Florianópolis. Creo que ya lo he mencionado antes pero la infraestructura aérea brasileira es sobresaliente: volé directamente desde Foz y en poco más de una hora ya estaba corriendo en el Aeropuerto Hercílio Luz porque no sabía si el bus que me llevaba de Floripa a Balneario pasaba solo en la terminal de buses o también ahí en el aeropuerto. Eso me hizo perder tiempo en el aeropuerto, perder mi taxi a la terminal y consecuentemente, el bus a Camboriú. Un poco molesto conmigo mismo por la situación, llegué a la terminal y conseguí otro bus para una hora más tarde de lo planeado. Llegué a Balneario Camboriú en la tarde-noche y caminé de la terminal de buses al hostel que había reservado. Creo que fue la segunda vez que me hospedé en un hostel en Brasil. A primera vista no me gustó, a tal punto que ni bien hice check in y me instalé, salí corriendo a buscar refugio en un centro cultural llamado Arthouse que tenía programada una función de la película "Frida, Naturaleza Viva" del cineasta mexicano Paul Leduc. Me pareció interesante que en la capital conservadora de Brasil se expusiera este tipo de contenido, así que caminé pensando que llegaría tarde. No solo llegué a tiempo, sino que me quedé al conversatorio posterior a la función y paré "de after" en un bar llamado Jardim Elétrico. La cosa fue tal que después de perder el taxi de regreso al hostel, me caí de la litera. Todavía me duele.

Balneario Camboriú de noche. Foto propia.

El día siguiente era el día de la fiesta así que por la mañana procuré recuperarme de la noche anterior. Por la tarde de nuevo escapé del hostel caminando por la Avenida Atlántica, que es como la rambla de la ciudad que resultó estar celebrando su sexagésimo aniversario. Así, en la noche, después intentar aprovechar una mesa de billar que había en el hostel y pasar un poco el tiempo, me fui a la playa central del Balneario donde acontecieron varios shows musicales entre los que destaco la presentación de la banda Serial Funkers que, con un repertorio con sonido funk, soul y de MPB (Música Popular Brasileira) y un frontman con una voz  y estilo particular, fueron la banda sonora de mi previa a Guy J en Surreal Park.

El club estaba a una distancia considerable por lo que caminar no era una opción así que llegué en taxi. El lugar donde se encuentra ubicado el club es una suerte de hacienda con varios tipos de suelo, la entrada al parque, donde también se encuentra el estacionamiento, parece un pantano por lo que al bajar del carro mis zapatos se llenaron de fango. Mostré mi ingreso, me revisaron y ya estaba adentro del parque que a diferencia del año pasado cuando fui a Tiga y Dixon, solo tenía activado el Bells Stage. El resto del lugar parecía un parque de diversiones abandonado en medio de la neblina. A pesar de que llegué relativamente al inicio de la fiesta, el venue ya estaba lleno. Mentira, no llegué al inicio. De hecho, ya había pasado el set del argentino DJ Teclas y el DJ brasileiro de ascendencia palestina Adnan Sharif ya iba casi por la mitad del suyo, del cual, me gustó cómo sonó cuando sampleaba la frase "World hold on" del clásico de Bob Sinclar en distintas partes de su set que, para quienes creemos que lo que escuchamos es afectado por lo que sabemos, partes de la letra original como "Instead of messing with our future, open up inside" o "One day you will have to answer to the children of the sky" vinieron a la mente. Fue un momento especial, fue como si estuviera diciendo que por un momento todo se detuviera (incluso las guerras) para que todos en el universo nos uniéramos y esparciéramos el amor. La tarjeta recargable que compré el año pasado ya no no funcionaba para comprar bebidas. La mecánica ahora era comprar primero unos tickets y después ir a las barras a cambiarlos. Me hice de algunas bebidas y fui buscando mi lugar en el espacio de la pista, primero por la derecha pero sin querer paré en una mesa de unos tipos que andaban con una pareja; uno de los tipos me invitó a la mesa y quería que probara el famoso lança perfume, a lo que me negué. Me ofreció un poco de md y eso sí un poquito. Al parecer, al amigo de este compa no le estaba gustando la situación porque cada vez que le hablaba me decía que no me entendía, aunque yo sabía que sí pero como que no muy le agradaba mi presencia ahí. La mala vibra del ambiente se confirmó cuando el compa que me había invitado a la mesa me dijo algo así como que a la pareja que estaba en la mesa yo no les estaba gustando. Me reí y poco a poco me fui por más bebidas. Llevaba puesta mi camisa conmemorativa de los treinta años de Time Warp por lo que en mi espalda se leía The truth is on the dancefloor.


Fotos: Surreal Park Instagram

Algunas de las columnas del escenario Bells del Surreal Park tienen repisas donde poner las bebidas así que me instalé en una de ellas, ahora a la izquierda de la pista, y ahí me entregué a la sesión de Guy Judah que por cuatro horas nos llevó en un viaje sonoro físico por lo bailado, mental por lo volado y emocional por los constantes instantes de introspección e intensidad que se intercalaban y escalaban, compuesto de temas propios y ajenos que, como buen DJ de progressive house principalmente, parecían un solo track largo, además, se sabe que la cabeza detrás de Lost & Found Records se asume más como productor, así que en sus presentaciones es normal que juegue mucho con los efectos o lleve uno que otro gadget, sin mencionar que muchas veces toca temas que no han sido publicados (y muchos nunca llegan a serlo) por lo que realmente no valía la pena intentar shazamear nada. Aún así, me sacó una sonrisa cuando tocó "We come" de Jonathan Kaspar que también tocó Sven Väth en sus dos presentaciones en el Time Warp São Paulo (vaya track para irse directo al top 20-2024 de esta redacción) y la autoral "Million years from now", el primer single de su nueva disquera Early Morning. Personalmente casi no saqué el teléfono para tomar fotos o grabar videos pues el set de Guy J cumplió con mis expectativas: perderme y encontrarme en la música que, aunque nuestro pasaporte nos marque con una invención como la nacionalidad o suene en lugares muchas veces hostiles con la diversidad, no se mancha y, aunque no sea capaz de cambiar el mundo, es capaz de ayudarnos a cambiar a nosotrxs acompañándonos incluso cuando el mundo parece acabarse, haciéndonos viajar dislocándonos para conocernos más y brindándonos espacios y tiempos para poder ser. Por algo se empieza. La luz de un nuevo día comenzó a entrar por los ventanales del venue y DJ Teclas volvió a subir a la cabina. El dancefloor, por su parte, se despedía del "enano" coreando "olé, olé olé, olé Guy J, Guy J" como si un milagro hubiese acontecido y, por una noche más, el DJ les hubiera salvado la vida.

domingo, 23 de junio de 2024

#ItsNOTallAboutMusicRecomienda: "Erbil", el nuevo álbum de Omar Souleyman


Omar Souleyman fue expuesto por primera vez al público occidental a finales de los años 2000, cuando las grabaciones en casete de sus actuaciones como cantante de bodas en la región siria de Al-Jazira llamaron la atención del productor de Sublime Frequencies, Mark Gergis. El sello estadounidense publicó la música de Souleyman, comercializándola como "el verdadero sonido de Siria", lo que catapultó al cantante a la fama internacional. Colaboró ​​con Björk y Four Tet, tuvo una gran fama en el circuito de festivales del norte global y firmó un contrato discográfico con el sello Mad Decent de Diplo. Los cuatro largos que anteceden al nuevo en su discografía, desde Wenu Wenu de 2013 hasta Shlon de 2019, fueron emocionalmente versátiles, equilibrando dabke (baile popular de medio oriente) de alta energía con baladas melancólicas que hacen un uso desgarrador del estilo vocal mawwal y las convenciones poéticas ataaba, ambas de tradición oral árabe. "Erbil", su último LP lanzado hace unas semanas, es un bacanal de principio a fin.

Es una obra más brillante en general, más estricta en su producción y más alegre en su disposición. El sencillo principal "Rahat Al Chant Ymme" es un ejemplo perfecto de la sensación de euforia del álbum. Los entusiastas aullidos del cantante sirio llaman a la pista de baile mientras el propulsor ritmo 4/4 y los riffs monofónicos del KORG mantienen a los oyentes enganchados. Rastros de trance y eurodance resuenan a lo largo del disco, con alegres rellenos de sintetizador y abundantes portamentos que se sumergen. Esto se muestra deslumbrante en "Male Atab", donde Souleyman canta "No quiero que nadie me hable ni me reproche / Ya no me importa quién me ama y quién no". (Estas letras fueron traducidas del árabe original). En diferentes manos, estas palabras de derrota emocional inspirarían un tratamiento musical escaso y silencioso. Pero para Souleyman, el maximalismo es casi siempre la respuesta. Los saz y mijwiz (instrumentos de viento tradicionales de la música árabe) sintetizados dan volteretas y caen en el aire, deteniéndose de vez en cuando para dar paso a una kawala entrecortada, todo mientras tambores inquietos mantienen el ritmo cardíaco por encima de 140 BPM. La pista no alcanza la velocidad de "Ya Bnayya" de su EP "To Syria, With Love", pero de todos modos es estimulante.

El amor es el tema principal del álbum, como lo ha sido durante la gran mayoría de sus décadas de carrera, pero su mirada no se dirige únicamente a la obsesión romántica. Souleyman canta sobre la pasión por el amante de uno, la familia, los amigos y el país. El álbum rinde homenaje a Erbil, la ciudad del Kurdistán iraquí donde ahora vive, tras haberse mudado allí desde Turquía, donde se instaló tras huir de Siria tras el estallido de la guerra civil en 2011.

Erbil hace un uso notorio de muestras cursis del idioma inglés. El álbum comienza con un hombre jadeando, "oh, Dios mío", seguido de otra muestra de alguien dando una orden al estilo Fatman Scoop de "hacer algo de ruido". La cursi introducción del MC parece un homenaje irónico a los inicios de Souleyman como cantante de bodas en su Siria natal, enmarcando el álbum como un disco de fiesta para sentirse bien. Hay una yuxtaposición discordante entre el calor vengativo de la letra y la alegre melodía. "Me rompiste el corazón, yo romperé el tuyo / ¿Por qué me torturas? ¿No temes a Dios?" entona "Yal Harek Qalbe". Su teclista Hasan Jamo Alo crea un ritmo dabke contagioso alrededor de su voz estentórea, esbozando un efervescente florecimiento de arghul aquí, un trino de laúd (instrumento de cuerda musulmán) allá.

Omar Souleyman. Foto: Wikipedia

El marcado contraste lírico y musical se invierte en "Ma Andi Gherak Mahbuub". Aquí, el amor es puro, leal e imperecedero, pero aún debe enfrentarse a la traición. Souleyman promete: "Dios sabe que sólo tú eres mi amada / Dios sabe lo que hay en mi corazón". Musicalmente, sin embargo, es el más amenazador del álbum, desde una línea de bajo siniestra hasta kicks atronadoras que ciñen la pista como una jaula de acero. Es una pena que Erbil no tenga una letra adjunta porque estas contradicciones e idiosincrasias, que son la quintaesencia de su encanto, son de otro modo inaccesibles para muchos de sus fans en Occidente.

Es casi imposible leer algo sobre el artista sin encontrar la narrativa de Souleyman sobre su ascenso exponencial a la fama, y ​​no es difícil ver por qué. Son muy comunes las interpretaciones de la obra de Souleyman como una fusión despreocupada de Oriente y Occidente o como composiciones exóticas desinfectadas para maximizar el atractivo para los paladares occidentales. Souleyman ha rechazado rotundamente estas interpretaciones en numerosas ocasiones a lo largo de su carrera. No se ve a sí mismo como un mediador cultural entre Oriente y Occidente, ni se ha propuesto nunca complacer los gustos occidentales. Como dijo en 2013: "Nunca cambiaré mi estilo porque es lo que soy. Si cambio para ser más consistente con la cultura europea u occidental, no seré yo y estaré abandonando mi tradición y sociedad."

El compromiso de Souleyman con el tradicionalismo plantea un desafío para la rúbrica de la crítica musical occidental, donde la innovación y la novedad se tienen en alta estima. Hay más de un puñado de reseñas que encuentran deficiente el cuerpo de trabajo de Souleyman porque aparentemente no logra hibridar, experimentar o superar los límites. Pero esta línea de investigación suena vacía. Su música entrelaza los hilos de ricas tradiciones musicales, formas de arte y géneros de las comunidades árabe, kurda, asiria y turca del noreste de Siria. La repetición, la amorosa iteración y reiteración de las tradiciones musicales de Al-Jazira, es el punto.

A Souleyman no le preocupa la vanguardia. Trabajando en el marco de jizrawi shaabi (estilo de danza oriental), su trabajo es literalmente "para el pueblo". Es música de clase trabajadora, que ha provocado el desdén de los críticos tanto en el mundo anglófobo como en el de habla árabe por supuestamente ser vulgar y de mala calidad. La suya es música para la calle, música para la vida cotidiana. En "Erbil", continúa haciendo lo que siempre ha hecho mejor: iniciar la fiesta y provocar un frenesí en la multitud. Escuchalo aquí:

   

Esta reseña fue escrita originalmente en inglés por Xiaoran Shi y publicada en Resident Advisor.
Traducción y edición: Gustavo Gómez