martes, 19 de marzo de 2024

Podría haber sido en Cannes, Saint Tropez o Tahití pero fue en Buenos Aires, un fin de semana con DJ’s Pareja y Miss Kittin

Miss Kittin en Buenos Aires. Foto propia.

La vocalista, productora y dj francesa Caroline Hervé, mejor conocida como Miss Kittin, se encuentra de gira por Sudamérica así que aprovechamos para asistir a su presentación en Buenos Aires para el sexto aniversario de la fiesta Fagot en el club Deseo y, de paso, a la Fun Fun fiesta de los DJ’s Pareja.

 

Después de haberme perdido a Arnaud Rebotini en São Paulo y a Priku en Ciudad del Este no pensé mucho en tomar un bus Crucero del Norte para atravesar el Puente Tancredo Neves y cruzar así de Brasil a Argentina. Ya del otro lado me esperaba Daniel, quien me llevó al Aeropuerto de Puerto Iguazú. Aterricé en Ezeiza y para ahorrar un poco, tomé un bus del aeropuerto a la avenida 9 de julio y de ahí caminé al apartamento que había reservado. El bus se tardó un poco pero yo me lo tomé como un paseo por la ciudad, era jueves y sabía que venía una jornada larga de baile el fin de semana así que decidí salir a comer algo y regresar a dormir temprano. Bien hecho.

Después de comer un choripán y tomar un litro de cerveza en El Samovar de Rasputín en el barrio de La Boca (donde conocí a Napo que me contó sobre el día que conoció a Eric Clapton), resultó que el viernes había Fun Fun, la famosa fiesta de los DJ’s Pareja con line up de lujo en el sótano de Shamrock: Ana Helder b2b Tom Tom Clubber y la pareja de DJ’s (Mariano Caloso y Diego Irasusta). Llegué poco después de haber comenzado la fiesta, cuando todo el mundo todavía estaba en plena previa en el bar del Shamrock. De un momento a otro el sótano se llenó y fueron alrededor de seis horas de intensa house, techno y música electrónica mayoritariamente latinoamericana en la que sonaron tanto clásicos de la época Cómeme (“Cógeme”, “Club de la locura”) como nuevos lanzamientos de los tres actos que, acompañados de los sistemas de sonido y de luces bien calibrados del club, dejaron a les danzantes con ganas de más. Unes se fueron de after, otres, como yo, nos fuimos a recuperar para lo que seguía.

DJ's Pareja. Foto propia.

Ya en sábado el mood era cuenta regresiva para Miss Kittin así que me dediqué a recuperarme para llegar pasada la media noche a la fiesta Fagot y escuchar a la chilena Andrea Paz entregarle la cabina que se encontraba detrás de un cartel en el que se leía “luche y baile”. Por algo la afiliada a Discos Pato Carlos fue la encargada de abrirle también la noche anterior en la fiesta Dame en Santiago de Chile, en Buenos Aires lo suyo fue un paseo por la oscuridad de una música electrónica que se balanceaba entre lo industrial y lo EBM en el que hubo lugar para clásicos como Chimo Bayo - “Extasy extano” y otros con vocales en español que no logré identificar.

Por su parte, en más de dos horas de show, la francesa le ofreció a los cientos de pieles desnudas que, desde el segundo nivel de Deseo y cuando las luces estroboscópicas rojas y blancas les alcanzaban, se miraban como arenas movedizas de una misma playa, una muestra magistral de lo que ha estado presentando en fechas recientes en el festival Nation of Gondwana o el club Berghain de Berlín: una mezcla de techno y electroclash (del cual es pionera desde los 90’s cuando mezcló elementos del new wave, del techno, sus vocales punk, el toque francés de las notas sintetizadas y DJ Hell la invitó a firmar con International DJ Gigolo Records). Eso sí, clásicos de aquel primer álbum junto a The Hacker como “Frank Sinatra”, “1982” o “The Beach” no faltaron e incluso fueron momentos en que Kittin alternaba el cigarrillo con el micrófono. Para mí, el momento de la noche fue cuando sonó el que también para mí, fue el track del fin de semana: The Chronics - “This is not a lovesong”, vaya tema para volar.

Pieles como arenas. Foto propia.

A pesar de que considero que ni el precio de la entrada ni el venue eran los más accesibles, valió la pena salir a experimentar, gracias a la música, una nueva convivencia de las diferencias que habitan los sudorosos cuerpos de quienes nos encontramos en las pistas de baile provocando un microclima de calor humano: cientos de mochilas llenas de historias, planes, recuerdos, sueños, disidencias, un repertorio que así estemos en Cannes, Saint Tropez o Tahití como dice la canción de Miss Kittin, no podremos dejar en el guardarropas.