domingo, 25 de abril de 2021

#ItsNOTallAboutMusicRecomienda: "Sim" el nuevo álbum de Noporn

La semana pasada una compañera del curso de la universidad vino a bailar a mi kitnet y ayer asistí a la pre fiesta de cumpleaños de un amigo que vive en Chicago por Google Meets. Estas dos situaciones inevitablemente me hicieron pensar en como la cultura club se ha transformado en medio de la pandemia: actualmente somos ravers bailando desde habitaciones aisladas que se conectan con sus pares virtualmente (ojo con los cables subinteroceánicos) para sentirse menos solos.

Y en medio de la pandemia, la música sigue viniendo. La semana pasada el dúo de electropop brasilero Noporn publicó su tercer álbum de estudio.

Salve la casuacausalidad porque fue Renan, mi compañero del curso de la universidad quien me los presentó después de que yo puse algo de Teto Preto. "você vai gostar de Noporn", me dijo, y seguidamente le dio play a "Xingu", del primer álbum homónimo lanzado en el 2006 por el dúo creado en 2002 por Liana Padilha y Luca Lauri.

Digo causalidad como digo que el dúo de São Paulo -actualmente conformado por Liana Padilha y Lucas Freire- un día antes había publicado su tercer disco titulado "Sim" que abre, nada más y nada menos, que con un track titulado "Festa no meu quarto" que suena bastante soulful, bastante deep, suficiente para convertir un pequeño aparta-estudio como el mío en un lounge con vista a las estrellas. "Voy a invitarte a una fiesta, ¿vas a venir?", dice la letra.

El segundo track "Enfeite de cabelo" y el cuarto "Praia de artista" saltan, entre esa línea detallista, seductora, el tercer track "Leis da fisica" que dice, como exigiendo posibilidades en sus letras, "dos cuerpos no ocupan un mismo lugar en el espacio, solo precisas de la explicación matemática para saberlo"; el quinto "Pérola suja", el sexto "Slow sex" y el séptimo "Baba bombom", suenan más electro, más industrial, siempre eróticos. El octavo track es en inglés, se llama "Butterfly" y vuelve al calor de los cuerpos moviéndose bajo la luz multicolor de la noche. Mientras que el número nueve, "Geleia do morango", es sin duda mi track favorito del álbum por su narrativa nocturna y política, romántica y profética: "nada restará de la fiesta", dice la letra, entre percusiones que van de un estilo mínimal synth a uno más tribal y de regreso al electro.

El disco, compuesto por once tracks en total, cierra con la poesía electrónica "@minhaloucuratemtrilhasonora" (o, "mi locura tiene banda sonora") y "Noite longe do mar", una balada para continuar viendo al cielo desde la ventana, esperando que las miradas se crucen, para seguir con vida, aunque por el momento la fiesta sea en la habitación.

Escuchá "Sim", aquí:

domingo, 18 de abril de 2021

Historias desde la pista (II)

Desde Brasil, donde la escena todavía está parada, abrimos la redacción de it's(not)all about music para que amigxs del blog alrededor del mundo, que llevan más de un año sin poder salir a bailar, compartan sus historias. Historias desde la pista. Hace unas semanas publicamos las primeras. Esta es la segunda entrega.

LA INTRO DEL MILENIO

Allá por el 2015-2016, las Intu Deep nights de los miércoles en el Box fueron las primeras fiestas que me hicieron sentir parte de un movimiento del cual me sentía orgulloso de formar parte. Ver a Piedrasanta con Haze mezclando en el Box, fueron de mis primeras escuelas cuando quería aprender cómo es que se mezclaba y cómo iban evolucionando sus sets semana con semana.

Yo no se por qué y espero nunca saber, porque que bonito también tener cierto misterio ante ciertas cosas, pero siempre he sido fanático de las famosas "intros" en los sets. Para mi un dj que se esmera en elegir un track que rápidamente definís como su propia "intro" a su set, es de mucho mérito. Sabés que algo bueno viene, porque algo bueno encontró para el resto de su set.

Para las "intros", Haze siempre ha sido mi favorito (mi segundo es Única Partícula) y una noche del Box llenísima, no recuerdo muy bien quién empezó a tocar primero, pero Haze se subió al booth a las 10:55 PM en punto y listo para iniciar.

Recuerdo muy bien esa noche y como me sentía, fue una época oscura para mi estado emocional. Dudas existenciales de cómo el sistema funcionaba, por qué hacía lo que hacía, por qué no hacía lo que no hacía. Me sentía por muchos ratos, bastante solo.

En fin, Haze se subió a tocar y dejó que el último track del opener terminara y un cierto silencio se apoderó del Box... todos esperando que pasaría, pero yo sabía que Haze siempre tenía una intro distinta para cada set (y todas las intros siempre fueron magistrales).

Luego de 10 segundos sin música, el sonido del Box blasting de volumen y suena: "MUSIC... MAKES THE PEOPLE... COME TOGETHER... yeeeaaahhh..." Madonna se apoderó con esos vocales durante los siguientes 30 segundos y el primer kick del primer track fue la mecha suficiente para el resto de la noche. Nos volvimos los mismísimos John Travolta y Olivia Newton todos en el dancefloor, de la emoción y nadie podía parar de bailar. En esos 30 segundos, me sentí parte de este movimiento, me sentí parte de algo que sabía que amaba y en ese momento todo me cazó. En esos 30 segundos, ya no me sentía solo. Me sentía acompañado de muchos, y lo mejor es que no a todos los conocía... Ahora entiendo que era el dancefloor que se volvió parte de mi. Especialmente, el dancefloor del Box.

Gracias Haze. Jamás voy a olvidar esa intro.

Martin Jerez, Guatemala.
*

NO EXISTES LYRICS

Alguna vez fue que planeamos hacernos todo el daño de una vez. Había pasado los últimos tres o cuatro años perdido entre tardes y luces, cafés y alcoholes, dancefloors y afters sin encontrarte y justo cuando empezaba a salirme de todo, apareciste afuera de aquel bar con tu rostro precioso, como de diablo. Te dije que tenía ganas de morderte. Me respondiste que sólo éramos amigos, que sin mordidas. Y, en efecto, en dos o tres ocasiones, hasta me dejaste esperando. Pero yo estaba hipnotizado, así que insistí. Dictando una sentencia desafiante. No hay libertad sin perdón. Por eso te escribo por aquí. Porque no te perdono y por eso soy prisionero de no dejarte ir. Porque si te tengo enfrente, te abrazo. Estás en casa. La polaroid sobre la silla, un brillante truco de apariencia. Vos, acalorada, con los labios jugosos, esperándome en nuestra habitación para ese viaje a Playa del Carmen. Vos, riéndote, con las pestañas incrédulas, tapándome la boca para que la doctora me cosiera la frente tras aquel accidente en bici. Vos, lloribunda, vestida toda de negro, llegando a mi casa para, según vos, darme el pésame por la muerte de mi padre que murió días después. Tu presencia es mi pesadilla. Tu ausencia un sueño recurrente. Como quien se corta la piel, aliviás tu dolor existencial experimentando con hombres que no se lavan las manos antes de tocarte. Dejás que te usen, que te coleccionen. No te molesta aceptarlo y hasta te gusta. “Es tu costo de oportunidad para aprender”, asegurás. Las putas vinieron a resarcir a las mujeres. Como un extraño tic nervioso, arrojo palabras, gestos contra la pared. Tu cuerpo no es mi jardín. Ni mis lágrimas ropa que quitarte. Toda una noche embalsamada. Apagándome porque, no había sido con uno, ni dos, sino tres y posiblemente más que nadie iba a mencionar… Golpeé las mismas caras una y otra vez. Hasta a ellos los idealizo. Temí por mi cerebro aprisionado. En una trama vulgar. Me masturbo reconstruyendo sus escenas. Quizás deba tomarme una revancha, aún tenemos cuentas que saldar, deslizaré mi puño por tu espalda. ¿Te estás dando cuenta? Como un extraño tic nervioso, arrojo palabras, gestos contra la pared, pulso salvaje. En el amor, uso las mismas armas que uso en la guerra. Destellos contra la pared. La fantasía se acabó. Sacaré mi almohada de entre mis piernas. No existes.

Anónima, México.
*

¿Tenés alguna historia o reflexión en la pista de baile que querrás compartir? Enviala vía itsnotallaboutmusic@gmail.com

domingo, 11 de abril de 2021

#ItsNOTallAboutMusicRecomienda: "Rave Dreams" el nuevo EP de Amanda Mussi en LPZ Records

La DJ y productora de São Paulo debuta en disquera clave de la escena electrónica en Asunción del Paraguay.

Residente en fiestas de Mamba Negra (donde debutó con su primera presentación para Boiler Room), Dando, Capslock, DGTL, entre muchas, Amanda Mussi ha estado tras bastidores los últimos veinte años en la configuración y visibilización del circuito sudamericano meridional como promotora, agente y programadora-curadora. Nació en São Paulo pero creció en Asunción, de ahí su relación con los hermanos P, Octavio y Cosmo López, pioneros y responsables del desarrollo de la cultura club underground en el país con la temperatura más alta de América del Sur, directores de LPZ Records y a quienes Amanda considera mentores musicales.

Como el sonido de LPZ (porque el trío de hermanos conforma un live act de techno análogo, groovy, que te lleva, súper energético), el sonido de Mussi ya ha pasado la prueba en el ://about blank y el Berghain de Berlín, el Mutabor de Moscú, entre otros clubes de alta demanda. En "Rave Dreams", la brasilera presenta dos veloces tracks originales (los dos arriba de 140 BPM). Rápidos y duros, sí pero también liberadores en tiempos de aislamiento. Ritmos frenéticos, arpegios salvajes, melódicos sintetizadores vintage, líneas de bajo ácidas y alguna extraña muestra vocal aparecen tanto en "Rave Dreams" como "Rave Chant".

Para completar el EP, masterizado por Ed Davenport, cada integrante del LPZ trio, hizo un remix fiel a su estilo. Así, P y Cosmo reelaboraron  "Rave Chant" distinguiéndose por las acentuadas notas vertiginosas del primero y las vibras más drum n' bass o jungle del segundo. Por su parte, Octavio optó por reinterpretar "Rave Dreams" en una clave más hipnótica. Sin duda, un EP para ir calentando mientras podemos volver a encontrarnos en la pista de baile. Escuchalo aquí:

#ItsNOTallAboutMusicRecomienda: "Servicio al Cliente" el nuevo proyecto de Juliana Martínez

A mediados del año pasado, el dj y productor Michael Mayer, empezó su nueva disquera Imara Records pensado principalmente como un label para reediciones de música de tiempos perdidos que merece ser escuchada hoy. Lo que el fundador de Kompakt Records no se imaginaba es que un esplendor polisentimental llegaría a su bandeja de entrada sin haberlo pedido. Se trataba del primer EP homónimo de Servicio al Cliente y, sin esperarlo, se iba a convertir en el segundo lanzamiento de su nuevo sello.

"Servicio al Cliente" está compuesto por seis tracks de un dulce pop electrónico, nostálgico pero reconfortante, brillante e íntimo. Personalmente, cuando lo escuché había algo en la voz en español (en ese momento no sabía de quién era) que definitivamente me evocaba -entre beats- ese cálido viento sudamericano que acaricia hasta en los días de lluvia: Es el nuevo proyecto de la productora colombiana-basada en Berlín, Juliana Martínez.

La portada ligeramente surrealista en combinación con las canciones aparentemente simples pero profundamente conmovedoras y de alguna manera "ingenuas" de Servicio al Cliente, según el alemán, le rompieron el corazón al instante. Y decimos aparentemente simples porque lo que en la superficie son patrones de ritmo que hacen tic tac, órganos levitantes, capas y notas moduladas de teclado suaves y deliciosas con letras melancólicas y románticas, en el fondo, como se lee en el texto que acompaña al lanzamiento, está poseído por sentimientos complejos:

"Siento que mi música es un intento de recordar una comprensión más amplia de la realidad que Colombia te obliga a tener. Una ironía agridulce donde la mayoría de las cosas son simplemente posibles. Intento que mi música suene como este sentimiento". Y de hecho, fue en un momento de gran pérdida y tristeza que Martínez decidió compartir su música: "Fue solo cuando falleció mi padre que me esforcé por escribirle a Michael con mis canciones".

"Y Michael respondió."

Ponete cómodx y escuchá "Servicio al Cliente" aquí:

domingo, 4 de abril de 2021

Historias desde la pista (I)


A más de un año de pandemia, la escena de música electrónica lentamente vuelve a activarse desde varias dinámicas: mientras en Inglaterra, donde los auxilios financieros del gobierno rescataron gran parte de la escena, la vacunación avanza y la apertura de clubes está anunciada para el 21 de junio, en países con economías cooptadas y sistemas de salud y gobernanza precarizados como Guatemala, Nicaragua, Ecuador, Colombia y México, entre otros, los 'plagues raves' nunca se detuvieron y los 'business dj's' siguen presentándose en fiestas con dudosos protocolos sanitarios (lo decimos por lo que se mira en las fotos y videos que publican).

Desde Brasil, donde la escena todavía está parada, abrimos la redacción de it's(not)all about music para que amigxs del blog alrededor del mundo, que llevan más de un año sin poder salir a bailar, compartan sus historias. Historias desde la pista. Estas son las primeras.

UNA NOCHE EN TREMOLO

Cuando vas a una fiesta, ¿qué sentimientos pasan por tu ser? Llegás, hacés la fila para entrar, la música se escucha cada vez más fuerte, tu sangre está corriendo cada vez un poco más rápido. Tu corazón palpita. Ya estás ahí. Cruzás la entrada y estás en otro mundo. La música te cautiva casi de forma instantánea, es como si hubiera una corriente de electricidad pasando por tu cuerpo. Estás en el dancefloor y sentís una conexión inexplicable, a pesar de no conocer a la mayoría, todos vibran en una misma frecuencia. Dejás de bailar, decidís dar una vuelta y ‘tirar la visual’. Un pintor que está sumergido en una obra abstracta capta tu mirada –las luces le dan un aura psicodélica a su arte– lo observás mientras plasma apasionado sobre su lienzo. De momento una chica te pide que te apartés, están haciendo un circulo. La mujer de fuego es hipnotizante, ‘¿cómo no se queman haciendo eso?’, pensás, te distraés con su danza, la gente aplaude y la alegría es contagiosa. Estás con tus amigos y no paras de reír por algún rebane clásico que se están tirando. De fondo se escuchan los gritos de los altibajos del dj set que tiene al público prendido, hora de bailar. Entrás con un poco de modestia y la música te atrapa, sonreís y cerrás los ojos. Que maldita felicidad. La gente grita, otros aplauden, podés distinguir casi cada detalle de ese track. Estás frente al parlante, ves a la DJ y sentís su energía. Es algo en realidad inexplicable. Casi fugaz. La fiesta termina, se dan los aplausos y la DJ agradece al público. Te acercás, ‘¡clase de música, gracias!’, le decís, se dan la mano, ella está igual de eufórica que vos. Ha sido una buena noche. Te encontrás a tu mejor amigo que buscaste toda la noche, ni sabías que estaba ahí. Se abrazan.

–¡¿Maje dónde estabas?!
–Bailando, ¡¿maje no escuchaste a esta chava?!’
–Sí, bomba de set.
–Sí
–Ahuevos, ¿dónde es el after?

Suzette A., Honduras.

*

PSYCHO

¿Lo levantás vos o lo levanto yo?
Hey, ¿lo levantás vos o lo levanto yo?
Me repetía al oído uno de los integrantes del crew que había organizado el rave en donde yo observaba perdidamente a un sujeto que minutos antes había estado bailando conmigo y ahora estaba tendido en el suelo, inmóvil, con los ojos cerrados: El cerote se estaba haciendo “el muerto” frente a la cabina del DJ.

Poco a poco las miradas de los presentes se iban acercando y lo rodeaban. Yo sabía que no estaba muerto pero, si no todos, la mayoría nos encontrábamos bajo efectos estupefacientes de todo tipo: Si les decía que el sujeto estaba fingiendo para llamar la atención, no me iban a creer y tampoco me podía ser indiferente porque, ¿y si era cierto?, ¿Y si se estaba ahogando con su propia lengua como le ha ocurrido a muchos que se duermen boca arriba tras ingerir una dosis de LSD?

Decime quién fue.
Te doy cien quetzales si me decís quién fue.
El mismo crew member que había acabado por levantar y devolver al dancefloor al imbécil que se estaba haciendo el muerto, me insistía -notoriamente molesto- que le señalara quién había llegado corriendo al escenario y se había tropezado llevándose unas telas de la decoración y uno de los monitores del sistema de sonido.

–Cuando lo vi irse al suelo, casi automática y simultáneamente recordé lo que habías hecho con el primer cerote y pensé: aquí estamos a favor de la vida, por eso venimos a meditar bailando, lo correcto es levantarlo inmediatamente, así que con un brazo lo devolví a la celebración y ni le vi la cara, le dije. Pero como que no me creyó porque no me dejó de observar el resto de la noche, como esperando que el tipo me llegara a agradecer para reconocerlo y echarlo de la fiesta, aunque nunca entendí a dónde lo iba a mandar, si estábamos en una ladera del lago y la única forma de regresar al pueblo era una lancha que zarpaba a la mañana siguiente.

Anónimo, Guatemala.
*

¿Tenés alguna historia o reflexión en la pista de baile que querrás compartir? Enviala vía itsnotallaboutmusic@gmail.com