domingo, 18 de abril de 2021

Historias desde la pista (II)

Desde Brasil, donde la escena todavía está parada, abrimos la redacción de it's(not)all about music para que amigxs del blog alrededor del mundo, que llevan más de un año sin poder salir a bailar, compartan sus historias. Historias desde la pista. Hace unas semanas publicamos las primeras. Esta es la segunda entrega.

LA INTRO DEL MILENIO

Allá por el 2015-2016, las Intu Deep nights de los miércoles en el Box fueron las primeras fiestas que me hicieron sentir parte de un movimiento del cual me sentía orgulloso de formar parte. Ver a Piedrasanta con Haze mezclando en el Box, fueron de mis primeras escuelas cuando quería aprender cómo es que se mezclaba y cómo iban evolucionando sus sets semana con semana.

Yo no se por qué y espero nunca saber, porque que bonito también tener cierto misterio ante ciertas cosas, pero siempre he sido fanático de las famosas "intros" en los sets. Para mi un dj que se esmera en elegir un track que rápidamente definís como su propia "intro" a su set, es de mucho mérito. Sabés que algo bueno viene, porque algo bueno encontró para el resto de su set.

Para las "intros", Haze siempre ha sido mi favorito (mi segundo es Única Partícula) y una noche del Box llenísima, no recuerdo muy bien quién empezó a tocar primero, pero Haze se subió al booth a las 10:55 PM en punto y listo para iniciar.

Recuerdo muy bien esa noche y como me sentía, fue una época oscura para mi estado emocional. Dudas existenciales de cómo el sistema funcionaba, por qué hacía lo que hacía, por qué no hacía lo que no hacía. Me sentía por muchos ratos, bastante solo.

En fin, Haze se subió a tocar y dejó que el último track del opener terminara y un cierto silencio se apoderó del Box... todos esperando que pasaría, pero yo sabía que Haze siempre tenía una intro distinta para cada set (y todas las intros siempre fueron magistrales).

Luego de 10 segundos sin música, el sonido del Box blasting de volumen y suena: "MUSIC... MAKES THE PEOPLE... COME TOGETHER... yeeeaaahhh..." Madonna se apoderó con esos vocales durante los siguientes 30 segundos y el primer kick del primer track fue la mecha suficiente para el resto de la noche. Nos volvimos los mismísimos John Travolta y Olivia Newton todos en el dancefloor, de la emoción y nadie podía parar de bailar. En esos 30 segundos, me sentí parte de este movimiento, me sentí parte de algo que sabía que amaba y en ese momento todo me cazó. En esos 30 segundos, ya no me sentía solo. Me sentía acompañado de muchos, y lo mejor es que no a todos los conocía... Ahora entiendo que era el dancefloor que se volvió parte de mi. Especialmente, el dancefloor del Box.

Gracias Haze. Jamás voy a olvidar esa intro.

Martin Jerez, Guatemala.
*

NO EXISTES LYRICS

Alguna vez fue que planeamos hacernos todo el daño de una vez. Había pasado los últimos tres o cuatro años perdido entre tardes y luces, cafés y alcoholes, dancefloors y afters sin encontrarte y justo cuando empezaba a salirme de todo, apareciste afuera de aquel bar con tu rostro precioso, como de diablo. Te dije que tenía ganas de morderte. Me respondiste que sólo éramos amigos, que sin mordidas. Y, en efecto, en dos o tres ocasiones, hasta me dejaste esperando. Pero yo estaba hipnotizado, así que insistí. Dictando una sentencia desafiante. No hay libertad sin perdón. Por eso te escribo por aquí. Porque no te perdono y por eso soy prisionero de no dejarte ir. Porque si te tengo enfrente, te abrazo. Estás en casa. La polaroid sobre la silla, un brillante truco de apariencia. Vos, acalorada, con los labios jugosos, esperándome en nuestra habitación para ese viaje a Playa del Carmen. Vos, riéndote, con las pestañas incrédulas, tapándome la boca para que la doctora me cosiera la frente tras aquel accidente en bici. Vos, lloribunda, vestida toda de negro, llegando a mi casa para, según vos, darme el pésame por la muerte de mi padre que murió días después. Tu presencia es mi pesadilla. Tu ausencia un sueño recurrente. Como quien se corta la piel, aliviás tu dolor existencial experimentando con hombres que no se lavan las manos antes de tocarte. Dejás que te usen, que te coleccionen. No te molesta aceptarlo y hasta te gusta. “Es tu costo de oportunidad para aprender”, asegurás. Las putas vinieron a resarcir a las mujeres. Como un extraño tic nervioso, arrojo palabras, gestos contra la pared. Tu cuerpo no es mi jardín. Ni mis lágrimas ropa que quitarte. Toda una noche embalsamada. Apagándome porque, no había sido con uno, ni dos, sino tres y posiblemente más que nadie iba a mencionar… Golpeé las mismas caras una y otra vez. Hasta a ellos los idealizo. Temí por mi cerebro aprisionado. En una trama vulgar. Me masturbo reconstruyendo sus escenas. Quizás deba tomarme una revancha, aún tenemos cuentas que saldar, deslizaré mi puño por tu espalda. ¿Te estás dando cuenta? Como un extraño tic nervioso, arrojo palabras, gestos contra la pared, pulso salvaje. En el amor, uso las mismas armas que uso en la guerra. Destellos contra la pared. La fantasía se acabó. Sacaré mi almohada de entre mis piernas. No existes.

Anónima, México.
*

¿Tenés alguna historia o reflexión en la pista de baile que querrás compartir? Enviala vía itsnotallaboutmusic@gmail.com

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