lunes, 10 de febrero de 2020

Algo que aprendí sobre locura, rockstarismo, (a)normalidad y burlarse de la burla durante los últimos 10 años

La otra tarde al terminar la sesión de ajedrez en casa de Sebastián recordé y comenté que tenía un cuarto de un papel con lsd que nos dimos.

Según Sebastián, ese octavo equivalía a un papel entero de cualquier otro ácido. Después de preguntarme cómo lo había conseguido, tendido en la cama, juraba que estaba viendo fractales en el techo de su cuarto. Yo estaba hipnotizado viendo a Jimmy Page en una pantalla gigante violando a su guitarra con un arco de violonchello en la versión extendida de "Dazed and confused" en el concierto-film "The song remains the same" de Led Zeppelin.

Le dije que me parecía que la locura, como la normalidad, eran construcciones sociales. Que era cierto que habían trastornos y enfermedades mentales pero que para eso existía la psiquiatría y la psicología. Que la locura construida socialmente no se remedia con eso porque no es un problema mental. Que la connotación maligna sobre la locura es más propaganda que moral. Que, por ejemplo, un niño no sabe que está mal pintar fuera de la línea hasta que alguien se lo dice y lo instruye para que procure no volver a salirse por la razón que sea. (Asumiré que es para que desarrolle motricidad, autocontrol, estética entre otras capacidades, habilidades y destrezas. Pero, ¿y si no se sale de la línea pero pinta muy duro? Alguien diría que si rompe el papel o se lastima habría que corregirle. ¿Y si pinta las pieles de colores inusuales como verde o morado? Así podría mencionar algunas otras "anormalidades" en el proceso de un niño pintando un dibujo hasta que me pregunto: ¿dejarán de haber anormalidades? ¿Quién y cómo se setea esta normalidad individual desde los acuerdos colectivos? ¿Cómo se mantiene vigente de generación en generación? ¿Existen procesos creativos normales?

Y me respondo: no dejarán de haber anormalidades mientras sigamos (re)conociéndonos en las diversidades, experimentaciones y transdisciplinariedades. La anormalidad debe ser el nuevo estándar.(Respeto a la)Diferencia o muerte. Pienso en una red de diferentes donde la premisa sea unirse en pro del respeto a la diferencia. Sin embargo, la normalidad se sostiene en las estructuras que mantienen las tradiciones que, por lo general, uniforman una cultura o la forma de existir, ser y hacer. Un proceso creativo normal es un proceso industrial, el proceso de transformar materia prima en producto elaborado. Los procesos creativos humanos son anormales.

Si el proceso creativo es humano (porque los humanos crean ese proceso al y para pasar por ello), la toma de conciencia de tal proceso creativo es un proceso creativo en si mismo que no sería posible sin el preciso hecho de vivir, pues la exploración existencial viene a ser el proceso de(descubrirse o hacerse a)unx mismo bajo esa conciencia. En lo que a mí respecta, pienso que el establishment debería resetearse del tal forma que todo mundo pudiera despertar y crearse o realizarse/resolverse. Sea lo que eso signifique e implique. Redistribuir el privilegio de poder elegir. Pero no estoy hablando de eso o sí. A ver.

Jimmy Page tiene parchado el sistema solar en sus pantalones. Lo escucho y vuelvo a pensar en la locura pero ahora pienso que el rockstarismo (pensando en una construcción más mercadológica que musical) emula a la locura en el sentido de que se burla del régimen de la normalidad a tal punto que posiciona íconos que se burlan de la corbata-correa y de los perros del sistema. Y de las voces alrededor que lo sostienen. Un rockstar está consciente de esto. La pregunta -y es algo que no he observado mucho en la última década- es si lxs rockstars se preocupan por la sostenibilidad de su locura, por cuánto tiempo podrán burlarse de la burla. Porque algo que sí he visto son estrellas de rock apagándose por estar loopeando, o sea, por estar haciendo lo mismo que no les funciona esperando resultados diferentes. Sea lo que esto signifique e implique para cada unx. Esa locura ya no son voces alrededor formando una idea y percepción identataria impuesta e inexplorada no aceptada ni interiorizada. Esa locura es una oda a la decadencia. Estar muriendo, pues. Querer matarse viviendo intensamente. Quedarse burlándose del yo por evadir la responsabilidad de construir ese ser(yo) argumentando que tomarse en serio un quehaSer es ser absorvidx por el sistema del que se burlan pues se burlan de la necesidad de buscar ser alguien asumiendo que ya lo son. ¿Cuántos guitarristas (a ver si no los mejores) se quedan con sus guitarras -y sus creaciones- encerrados en su habitación por miedo a volverse mercantilizables-sobreproducidos por el establishment? Pues el rockstarismo no era otra cosa que la locura contemplativa (del latín "contemplari", que se compone de los vocablos cum, "compañía, acción conjunta" y templum, "templo", significando algo así como "acompañar el templo") de algo trascendental manifestándose mediante el solo de la guitarra hasta que fue sistematizado por el mercado.

Y es que, si hay que vivir la vida que volverías a vivir si pudieras escoger, ¿qué rockstar querría dejarse ver viejx y enfermx y enfermx por viejx, lentx y con mucha menos psicodelia?

Reflexiono estas lecciones sin querer apurar a nadie pero sin querer dejar a nadie atrás tampoco porque cada quien es cada quien. Y cada quien va a su paso.

1 comentario:

  1. Sexo, drogas, rock n' roll
    A la mierda la corbata!
    Nunca es tarde para aprender un instrumento.

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