viernes, 8 de mayo de 2020

¡Mamá, yo quiero estar en una banda! (A propósito del nuevo álbum de Fora)


Ha de ser difícil formar una banda. Una banda de Rock. Yo nunca he estado en una pero he tenido la oportunidad de estar cerca de algunas. Parafraseando a un amigo que en estos días borró su Facebook e Instagram cuestionando si el coronavirus era real (guitarrista, por cierto), es difícil encontrar dos, tres, cuatro o las personas que sean necesarias y que compartan primero, la pasión por la música, o sea, el lugar que ocupa la música en sus vidas y segundo, el compromiso que requiere no solo escucharla, leerla, comprenderla y valorarla, sino crearla, procesarla y mantenerse creándola y ensayándola individualmente y no digamos colectivamente en armonía como para formar una banda hasta encontrar -o no- eso que lxs Artistas nombran “su sonido”. 

Difícil o no, los individuos a los que me voy a referir a continuación, coincidieron una tarde, en un bosque a las afueras de la ciudad. Si se conocían de antes, es probable. Pero más probable es que ahora se conozcan mejor. Desde aquella coincidencia, algunos se han ido, otros se han quedado, unos han venido, otros se han ido y regresado y así, quienes han buscado(se)han encontrado, cuatro años después,(en)el registro de un momento. Su perpetuidad. Hoy por hoy un álbum musical es eso: la perpetuación del registro sonoro de un momento (o sea de un fragmento de la línea infinita -o inexistente- de tiempo) en un espacio compartido y si es un disco, es la materialización de este registro. 

Pero este registro también es de colores, seguramente de los colores de aquella tarde que se ha repetido muchas veces desde entonces: azul oscuro (Luispe), verde musgo (Rudy), celeste (Javier) y rojo intenso (Sol); pues de estos colores es FORA, que en portugués significa “fuera”. Así estos Foráneos, que vinieron de muchos lugares, con sus memorias, historias, dolores e ilusiones entre sus equipajes, en un bosque a las afueras de esta ciudad, META los hizo encontrarse pero hasta hoy, cuatro años después, pueden escucharlo y verlo.

"Intriga" fue el primer sencillo de "Meta",
el álbum debut de la banda guatemalteca Fora.

Meta es la línea entre la pasión y la obsesión. Entre el deseo y la nostalgia. Por eso es que no se dejó ver ni escuchar antes. Porque Luispe, Rudy, Javier y Sol tenían que recorrerla primero. Y esta línea como sabemos, termina por recorrerse hacia dentro. Meta fue y es un objeto de introspección. Son cuarenta y ocho minutos de viaje al interior de una mente que podría ser la de cualquiera de nosotrxs. Cuarenta y ocho minutos de infinito.

En este viaje, las guitarras se apoderan de Javier y Luispe, el bajo de Sol y la batería de Rudy. La voz de Meta (que son las dos voces de Javier y Luispe) le canta a los recuerdos que quiere olvidar, a los instantes que anhela duraran más de un momento, a la claridad que se distorsiona, a la utopía de un día poder transcribir la belleza.

En todas las(diez)canciones el contraste de la voz bífida de Meta se ajusta -y a veces no- a cosas que desesperadamente no se saben y a una psicodelia enajenante. Como si Luispe y Javier lucharan por tratar de explicar que el mundo se está acabando, que lo único que importa es amar y ser amadx, que no hay más futuro que el segundo que amando y siendo amadx, se hace eterno. Cada uno (Luipe y Javier) compusieron cinco canciones cada uno. Cada uno es voz principal en las que compuso y guitarra melódica en las que compuso el otro. La batería de Rudy y el bajo de Sol son onmipresentes.


Con el tiempo, el álbum se convertirá en una METÁFORA: la de un grupo de amigos que escondieron su tesoro en un atardecer y todos los años se reúnen para hacer fogatas y jugar a buscarlo en un bosque a las afueras de la ciudad con la certeza de que unx siempre encuentra lo que busca, aunque no sepa exactamente qué es. ¿Quién no quisiera eso? ¡Mamá, yo quiero estar en una banda!

Escuchá Meta aquí:

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