martes, 26 de septiembre de 2017

Diéresis: Desobediencia tecnológica

Foto: Sara Fratti

A Lester Figueroa y Alexander Mazariegos los conocí impartiendo un taller titulado "el ruido como producto" en el marco de la Semana de Música Libre que Creative Commons Guatemala organizó en el 2014. Un año y meses después estábamos caminando por el centro histórico de Tegucigalpa en busca de pizza (sí, en una de las 5 ciudades más peligrosas del mundo y qué) tras la conferencia que ofrecieron sobre circuit bending y su proyecto audiovisual en el Museo para la Identidad Nacional de Honduras: ellos compartían el cartel de la fiesta de cierre del Modular + con Lena Willikens y Paula Temple y yo estaba cubriendo tal Festival.

Por ese entonces ya habían lanzado "Lo siento ya no me importa" (Bajo Presión Records, 2013) y presentado "Éxitos del verano de 1982 - 1987" en la Semana de Música Avanzada 2015, su primer y segundo álbum, respectivamente. Meses después habían regresado del Festival Rompiendo Fronteras de San Cristóbal de Las Casas, realizado el Festival Gradiente y se preparaban para presentar su tercer álbum homónimo en la Plaza de La Herradura del Centro Cultural Miguel Ángel Asturias, por lo que los invité al programa de radio que en ese entonces conducía y que transcribo a continuación:

Foto: Maya Coj

¿Cómo han llevado de la mano su profesión de ingenieros mecánico-industriales y su carrera musical?

Lester: Más que transicionando, integrando los oficios. Más que considerándonos músicos, considerándonos hacedores y más que etiquetarnos a nosotros mismos, rompiendo la creencia de que "tenés que hacer esto para poderlo representar".

¿Qué motivó sus ganas de hacer cosas?

Lester: Ingeniárselas para hacerlas, no importando qué fuera. Y es que desarmando, comprendés y comprendiendo, modificás la realidad, o sea, la hackeás.

Alexander: Musicalmente nos gusta mucho la cumbia, Aniceto Molina, por mencionar a alguien; el metal también.

Lester: Yo vengo de bandas Punk, de tocar guitarra como un instrumento "base". ¡Terminé con juguetitos de Q5! Fue como caer en un género porque lo estábamos haciendo literal-electrónicamente por convicción, ya que entre amigos vas conociendo artistas como Squarepusher o Aphex Twin y te preguntás: "esta gente, ¿cómo hace su música?" y descubrís que, cuando no hay tanta facilidad y acceso a ciertos aparatos hay personas que crean su propio hardware o lo que requieran para hacer que funcione como ellxs desean y de esa idea -que luego también descubrimos era todo un movimiento (tinkering)- partió nuestra "caída" al circuit bending.



Ustedes hacen IDM, 8Bit, Noise, Drum & Base, Glitch, entre otros, por medio de circuit bending (técnica para corto-circuitear dispositivos electrónicos de bajo voltaje). ¿Cómo mantenerse autónomos y no autómatas entre tanta tecnología? Por ejemplo, ¿cómo no crear discapacidad al hacer un mundo de apps y que alguien no tenga acceso a smartphone/apps?

Lester: Es complicado porque de alguna manera tu forma de pensar se empieza a adaptar a las máquinas porque estás rodeado de estas pero Diéresis parte del concepto "desobediencia tecnológica" para usar la tecnología como herramienta pero no la usarla para lo que te venden que fue hecha. Nuestro circuit bending parte de sacarnos de la cabeza la idea de que es un juguete y convertirlo en un instrumento. Como quien encuentra un motor de ventilador y lo convierte en un molino para maíz, por ejemplo.

Cuando ustedes mencionan Punk, a mucha personas inmediatamente se les vendrá a la mente el DIY (do it yourself/hazlo tú mismx). ¿Creen que ahora es más DIT (do it together/hagámoslo juntxs)? (Pregunto por el Festival Gradiente en el que los participantes fabricamos nuestros propios sintetizadores).

Lester: Procuramos crear, fabricar, modificar y optimizar las soluciones de acuerdo a nuestros problemas y necesidades en vez de comprarlas para luego liberar los inventos. No nos interesa quedarnos con lo que aprendimos. Eso es entregar un producto final a un consumidor final. Si a una persona le exponés cómo hiciste para llegar a ese punto, ellxs podrán "hackear tu hack" de acuerdo a sus propias necesidades y problemas y de esa manera, los objetos también se vuelven proactivos de aprendizaje, entonces empezamos a hablar de pedagogía maker.

Hacer cosas, es un tanto vaciarse del conocimiento que uno tiene para llenarse de otro. Compartir es innovar. Promovemos la libertad y exploración del constructivismo y no el adoctrinamiento y la imposición del construccionismo.

Una persona humana no nace siendo, sino se hace conforme va creciendo en un entorno que le proporciona ciertos estímulos y por lo tanto la persona llega a ser como tal, tienen que ver mucho los procesos de enseñanza-aprendizaje en la casa y las aulas.

Foto: Pepe Orozco

¿Cómo han manejado su carrera independientemente?

Lester: Nos hemos movido bajo un instinto propio pero no dejamos a las personas que nos han apoyado y halado hacia nuevos horizontes que no nos habíamos planteado. Como artistas y músicos muchas veces te limitás a ciertos tiempos-espacios pero para romperlos necesitás personas, colectividad, o sea, comunidad que te ayude a generar infraestructura.

¿Cómo ha ido el proceso creativo-evolutivo de su propuesta?

Lester: Eso de decir desde el día 1 "soy artista" es complicado, llevamos 5-6 años, es importante irse definiendo, compactando. Quienes nos escucharon en el primer concierto y quienes nos escucharán hoy podrán pensar que no somos los mismos y la palabra no es ir creciendo, sino irse conociendo.

Alexander: Al inicio decían que sólo en Europa nos entenderían pero nosotros quisimos ser profetas en nuestra tierra y por eso hemos intentado ser muy explícitos invitando a hacer lo que hacemos.

Lester: Nuestro primer álbum "Lo siento ya no me importa" era más ruido plano y análogo; para el segundo, "Éxitos del verano 1982-1987", nos digitalizamos, y para el tercero "Diéresis", integramos las herramientas.

Alexander: Se podría decir que hemos ido "subtitulando la experiencia".

No hay comentarios:

Publicar un comentario